Estas historias fueron creadas para un reto en la pagina de Facebook AoKaga 5 x 10, no acostumbro a escribir AoKaga como historias como tal, así que puse mi mayor esfuerzo en esto. Tal vez estén algo fuera de sus personalidades, no lo se. La mayoría son au, así que supongo no hay tanto problema.
Como sea les dejo la lectura y como ya están terminadas pues a menos que sea por fuerza mayor tendrán una historia diaria.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el vasto cielo y desde que Aomine Daiki; uno de los cinco más grandes y poderosos arcángeles sabia de su propia existencia, no había tenido un compañero de trabajo. Kuroko, un ángel un rango más bajo que él, le había informado que el todopoderoso le había asignado a un arcángel en formación. Algo inaudito, no solo porque por su carácter muchos otros ángeles se habían negado a trabajar con él porque decían que más parecía un demonio, sino porque en muy raras ocasiones un alma humana era tan pura como para ascender de la nada a ese rango.
Así que ahí se encontraba, molesto y a la espera de que el gran "Nótese el sarcasmo" nuevo arcángel; porque obviamente nadie era mejor que el a la hora de proteger las almas humanas que se le encomendaban.
No necesito esperar mucho en realidad, el nuevo; era alto, no tanto como el, su cabello rojo relucida como el fuego con la luz del lugar, contrastando hermosamente con las hermosas alas blancas tras su espalda. Sus ojos del mismo carmesí se iluminaban y su figura esculpida solamente con esa capa que lo catalogaba como guerrero de clase alta al igual que el.
—Tú eres Aomine Daiki? Mi nombre es Kagami taiga— le dijo en cuanto se presentó frente suyo, con una enorme sonrisa que casi le fundió los ojos.
—Bakagami— contesto
—Eh?—
—Bakagami, así te llamare de ahora en adelante— El moreno le dio la espalda con rapidez, si bien a nadie se le prohibía el acto de amar, ya que era el sentimiento más puro del cielo, no podía creer ni quería admitir que ese idiota pelirrojo al que apenas acababa de conocer le hiciera sentir el enjambre de abejas en su estómago, con lo que las odiaba ¿Qué no se suponía eran mariposas? Jodida mierda.
— ¡No me llames así Ahomine! ¡Me acabas de conocer!—
Eso es lo que me perturba, animal.
Lo bueno que no lo había dicho, lo bueno que solo lo pensó. Sería un largo camino en su nueva asignación. Entrenar al idiota que le llamaba la atención.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
