Muchos creen que los súcubos y los íncubos son como esos típicos demonios alados, con cuernecitos y cola. Nada más lejos de la realidad. Son demonios; sí, pero su aspecto cuando se mueven por el mundo no les delata en absoluto.
Los demonios poseen siempre el aspecto de una mujer de belleza extraordinaria, piel perfecta y cabello oscuro o rojizo. Su reina en Masako Araki, mujer recia, que según cuentas en sus días de gloria hacia caer a un humano a sus pies con solo su mirada y no es que no fuera ya poderosa ya que su reinado ha durado muchas eras, si no que ya no sale al campo en honor a su bella esposa.
Los súcubos se esconden tras esta atractiva fachada para conseguir atraer y tentar a los mortales que se cruzan en su camino. Su única misión es atraer primero para atormentar después.
Sus movimientos son ágiles y precisos. Su forma de caminar es muy seductora y cuentan con una gran presencia y carisma. Ese tipo de carisma que fascina y casi deja hipnotizado a su presa.
Por otro lado el demonio íncubo es la contrapartida masculina del súcubo. Un hombre joven, muy atractivo y fuerte que seduce y atrae generalmente a mujeres, a las que atormenta de la misma manera que suelen hacerlo los súcubos.
Existe la teoría de que estos demonios son descendientes de ángeles caídos que se han enamorado tan enfermizamente, acabando atados al pecado del sexo después de probarlo con el receptor de su amor, acabando con su vida y la del ángel en el proceso.
—Escuchaste el rumor Aomine, ese que dice que el hijo de la reina la hizo enojar otra vez...—
—Solo son rumores—
—Muchos se preguntan por qué no lo ha sacrificado, no sirve para el trabajo —
—Esa perra no lo hará, lo tiene prohibido.... —
—Nadie le puede prohibir a la reina ¿Quién es capaz de hacerlo?—
—Yo—
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SEMANARIO AOKAGA #Wattys2019
أدب الهواةConjunto de historias que escribi para un reto en el Grupo AOKAGA 5 X 10 en Facebook