Silencio entre rejas.

Capítulo 19

Samuel Roth llevaba más de una semana encerrado en una habitación oscura donde podía pensar en todo lo que quisiera mientras que lo observaban atentamente en busca de señales.

-No expresa nada- se quejaba la analista- está pasmado.

Remy miró por la pantalla donde la figura del chico se distinguía entre toda la oscuridad, era normal que la mujer se desesperara tras estar observando a aquel joven durante días ya que parecía apagado.

-¿Sabes quien podría hacer esto mejor que yo? La maldita cría esa, ¡pero no queréis que venga! Al lugar más seguro de la ciudad y preferís dejarla en casa...

La mujer parecía enfadada, como si ya hubiera hablado de ese tema con otra persona, por lo que salió un rato de la sala para tranquilizarse y volver a su monótono y aburrido trabajo. Remy se encogió de hombros, esa señora tenía toda la razón. Tomó su teléfono móvil y llamó al jefe.

-Aquí la gente está enfadada porque no logra averiguar que le pasa por la mente al chico- soltó sin saludar- y creo que tienen razón.

-Remy, la chica está bajo tu tutela y todo lo que suceda y haga es tu responsabilidad... No tengo nada más que añadir ya que confío plenamente en tu criterio.

Colgó y salió fuera donde la mujer miraba la pantalla de su móvil mientras tomaba un café.

-Puede volver a casa para descansar, ya me ocupo yo.

Lo miro sorprendida y se levantó agradeciendo la entrada en escena de aquel joven. Remy salió hacia la biblioteca de su padre, donde la chica leía tranquilamente las cuentas que este había hecho.

-¡Ganó más de dos millones en dos horas! 

-Alma, deja eso ya que tienes trabajo...

-¿Trabajo? ¡Me vas a poner a trabajar! Por fin puedo hacer algo...

La joven asomó la cabeza entre las estanterías muy emocionada ya que, por seguridad, llevaba mucho tiempo retenida... No era lo mismo aislarse a uno mismo que lo aislaran otros, la diferencia se notaba. Remy la guio hasta el coche sorprendido por la actitud de la joven, llevaba un tiempo sin quejarse por su encierro ni nada de lo que ocurría a su alrededor.

-Voy a ver a Samu a ver si la cara dice algo- adivinó en el coche-, ¡qué emoción!

Remy la miraba con preocupación y diversión al mismo tiempo, esa chica no podía estar celebrando que por fin iba a ver al imbécil que la había vendido a unos peligrosos individuos. Al llegar a las oficinas Alma se mostró seria y profesional durante los primeros tres minutos pero en el momento en el que cruzaron el pasillo que los llevó a los despachos su emoción volvió a ser visible. ¿Qué ocurría con ella? Había estado encerrada en un hotel por meses sin salir a la calle ni tener ningún tipo de relación con el mundo exterior y, de repente, celebraba el hecho de hacer cosas. 

-Está en esa sala- señaló Remy-, nuestra analista lleva mirándolo días.

-Pobre mujer, teniéndome aburrida y vosotros abusando de ella- levantó una ceja abriendo la puerta-, no sois humanos.

Alma entró a la sala donde las pantallas mostraban la habitación en la que Samuel esperaba pacientemente a algún tipo de señal. La analista se encontraba apoyada en la pared, no había podido dejar a Samuel solo.

-Ya puede irse si lo desea.

La mujer miró a la joven sorprendida por la edad, había escuchado hablar sobre ella y sus entrevistas pero se la había imaginado diferente. Ante sus ojos había lo que parecía una persona completamente normal.

-Muchas gracias- respondió saliendo de allí.

Alma se sentó en una de las sillas y miró la pantalla, Samuel estaba sentado en el suelo muy concentrado en la pared. Parecía pensativo.

-Está muy tranquilo- apuntó Alma-, no parece temer ningún tipo de sentencia.

-Tal vez crea que no la habrá...

-No, sabe perfectamente a lo que se enfrenta. ¿No ves que no está sorprendido? Es como si supiera que esto podía pasar, ¿entiendes? Estaba preparado para esta situación.

-¿A qué te refieres?

-Creo que su plan no era cogerme ese día en el restaurante, creo que el plan está transcurriendo conforme ellos querían- se acercó a la pantalla-, querían verme la cara.

-No lo lograron.

-No, no lo hicieron pero...- se mantuvo pensativa unos segundos- Creo que esto es más grande de lo que creemos Remy.

-¿Qué?

-Creo que tienen un plan muy ensayado para desmantelarlo todo y que está saliendo perfectamente. Quiero hablar con mi hermano.

-Oh, eso sí que no puedo permitirlo.

-Quiero hablar con él- repitió-, ¿prefieres que nos quedemos sin saber nada?

Remy la miraba dudoso, no quería que hablara con Samuel porque no sabía como reaccionaría ninguno de los dos pero, por otra parte, podía ser de gran utilidad.

-Te daré unos minutos.