Bajando la cuesta que lleva desde la Iglesia hasta una plaza, ha sonado la prometida campanada, son las siete y media, puede que ya sea hora de replantearse si despertar o no. En esta zona de España la gente suele despertarse pronto, sobre todo los pastores. Aún no hemos visto ninguno, pero no tardaremos en ver uno. Seguimos solos en la plaza escuchando únicamente el cantar de los pájaros el cual ahora es mayor que cualquier otro, y luego, también, podemos escuchar el sonido del río que queda cual eco de motor de coche en la carretera.
Hace bastante frío, aunque estemos en época previa al verano, el invierno hace presencia en un duro pero breve espacio de tiempo por la mañana.
Metiéndonos en el portal de la casa antes visitada, escuchamos sonidos, parece que empieza a haber movimiento.
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Un día en un pueblo en 2019
Non-FictionMe encuentro, o me encontraba (dependiendo del momento en el que se lea este relato), leyendo un libro titulado: "Un Día En La Antigua Roma." Este tal y como su propio nombre indica trata sobre un unicornio con un coctel molotov queriendo aprender a...