Ahora sí, todos (los que faltaban) están comiendo. Otros están durmiendo la siesta, otros ya han vuelto al trabajo, otros no descansan y salen con los amigos directamente...
A excepción de la noche, este lugar siempre está habitado por gente muy sociable.
Lo perros ya han terminado de comer y vuelven al trabajo como representantes del pastor ante el rebaño. A esta hora, algunos aprovechan y cogen los huevos que las gallinas han ido dejando, esto lo hacen para no tener que hacerlo a la tarde cuando vuelve la sociabilidad.
A esta hora si salimos dirección a la Iglesia y bajamos a la carretera dirección carretera abajo, ya poder encontrar a algún transeúnte de la zona pescando o talando árboles para la última temporada de frío en muchos meses.
El bar ha cerrado y no se abrirá hasta dentro de un buen rato, cuando la ya mencionada sociedad del lugar vuelva a las andadas el bar estará abierto y se podrá volver a hacer lo que hasta ahora se ha estado haciendo: beber, comer y jugar a las cartas.
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Un día en un pueblo en 2019
Non-FictionMe encuentro, o me encontraba (dependiendo del momento en el que se lea este relato), leyendo un libro titulado: "Un Día En La Antigua Roma." Este tal y como su propio nombre indica trata sobre un unicornio con un coctel molotov queriendo aprender a...