Dulce Venganza; jjk #2

№48

—Mucho gusto, JiMin. — el chico de estatura pequeña y mejillas regordetas me extendió su mano para saludarme de manera cortes.

Le miré como si fuese una vasca en vida andando por las calles. Miré su mano aún extendida hacía mí. No quería quedar mal frente a Tam ahora que nuestra relación de amigos iba haciéndose más fuerte.

—JungKook. El gusto es mío. — nuestras manos se unieron. Tam a nuestro costado sonreía feliz al ver que sus dos únicos amigos empezarían una amistad.

—También mío. —responde él.

—Muy amable. —no me quedo atrás.

—Muy educado. —pero él tampoco.

—Que gentil.

—Que grandioso.

—Perfecto.

—Excelente.

—Sensacional. — ¿no se cansa?

—Genial.

—Fabuloso.

—Intangible.

—Increíble. —terminó.

—¿Es en serio?— Tam interfirió en nuestras miradas de bochorno. Vaya, no era el único infeliz ante esta situacion. Se puso frente a nosotros envitando así matarnos con la mirada. Jimin soltó mi mano con descaro mientras yo le seguía el acto. Tam nos miraba algo dudosa y no sabía si aquellas palabras las dijimos para alagarnos o para seguir apretando nuestras manos.

—¿Es en serio qué?— su voz chillona le preguntó. Rodé los ojos al ver que Tam le daba la atención que quería. Maldito idiota.

—No sé cómo tomar aquella escena.

—Tómala bien, JungKook y yo seremos buenos amigos, tenlo por seguro. ¿No es así JungKook?

Ojalá y te pudras. Maldito imbécil.

—¿Qué? Ou, sí, si claro. Buenos amigos.

¿Porqué mejor no decir enemigos?