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Esfuerzo

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"Esfuerzo"

(Pequeño spoiler del arco de los ocho preceptos de la muerte)

Izuku estaba devastado.

Había llegado a su casa bastante tarde debido a la lluvia, teniendo que apresurarse para terminar todos los quehaceres antes de que su madre llegara del trabajo. Una vez que había terminado de desechar las botellas vacías, secar y guardar los platos que se habían utilizado en la cena del día anterior, pasar el plumero y lavar el piso, revisó la lavadora. Izuku puso toda la ropa limpia en un balde y salió al balcón para colgarla, rezándole a Dios para que las prendas pudieran secarse aunque sea un poquito a pesar de la densa humedad en el ambiente. En medio de su labor, escuchó un bocinazo y miró hacia la calle para comprobar de dónde venía.

¿Un camión de mudanza?

Maldita sea, ¿Cómo iban a entrar todas las cosas que tenían en su antigua casa en aquél departamento diminuto? Quería volver.

Con mucha dificultad ayudó a los empleados a bajar las cajas del camión, subirlas por las escaleras, y entrarlas a su nuevo hogar. Una vez que los muchachos de la mudanza se fueron, Izuku se dio cuenta de que los brazos le dolían horriblemente, odiaba ser un debilucho. Incluso casi llegó a prometerse que iba a anotarse en el gimnasio, pero era una mentira tan grande que ni él mismo se creía. El suelo que acababa de limpiar ahora estaba todo sucio otra vez.

Inko llegó a eso de las ocho con bolsas del super colgando de sus manos y encontró a su único hijo sufriendo entre cajas vacías y objetos de todo tipo.

-Mamá- casi sollozaba su pequeño angelito- No tengo idea de qué hacer con todo esto.

La señora dejó los víveres en el refrigerador y se subió las mangas para poner manos a la obra. La mayoría de las cosas eran utensilios de cocina y ropa de la estación pasada, por lo que no le tomó mucho tiempo organizar todo.

Una vez que tuvieron todo arreglado, prepararon la cena juntos y comieron. Inko pensó que el silencio de su hijo era perfectamente normal, pero también la preocupada un poco. A pesar de ello, lo dejó ser y no hizo ninguna pregunta sobre su primer día en la escuela. Él se abriría solo cuando estuviera listo.

Debido a que casi no había desayunado, no había estado de humor para almorzar y había estado totalmente ocupado a la hora de la merienda, Izuku cenó con ganas. Una vez que termino de comer fue a bañarse, con la esperanza de que el dolor en los músculos de sus brazos disminuyera. No tardó mucho, es más, fue mayor el tiempo que tardó en arreglarse el cabello con el secador. Debido a la enorme cantidad de pelo que tenía sobre su cabeza, no podía dejar que se secara naturalmente a menos que quisiera terminar con un peinado estilo afro.

Izuku cayó de cara en su cama, totalmente exhausto. Su celular vibró contra el colchón cuando recibió una notificación de Twitter. Al abrir la aplicación, la encontró llena de capturas del nuevo episodio de One Punch All Might Piece y decidió cerrarla inmediatamente para no ser víctima de ningún spoiler.

Como pudo, estiró uno de sus adoloridos bracitos hasta la mesita de noche donde yacía su computadora portátil. La prendió, buscó su página favorita para mirar anime y le dio play al capítulo.

Izuku despertó con el estridente y horrible sonido de la alarma que no había cambiado. Si hubiera tenido aunque sea un poco de ganas de vivir, el saber que tendría que ir a la escuela otra vez las hubiera destruido.