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Caos, llanto y destrucción

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"Caos, llanto y destrucción"

-¿Qué es esto?- preguntó Todoroki-senpai con su típica cara de nada.

-¿Es que vives dentro de un frasco? ¡Es un amuleto para el amor!- le informó Nejire, un poco frustrada y sosteniendo la bolsita de tela justo en frente de su rostro. Todoroki-senpai puso los ojos bizcos para poder mirarlo.

-Tiene un cascabel- dijo.

-¿No te gusta?- preguntó decepcionada- Con el tiempo que pasé eligiendolo...

-No es eso, es lindo- negó con la cabeza- ¿Cómo se supone que se usa?

-Lo pones en un lugar donde siempre puedas llevarlo y te ayuda a encontrar el amor- explicó, entusiasmada. Él la escuchó como si fuera un niño al que le leen un cuento.

-No estoy buscando pareja- aclaró- Pero es muy bonito.

Todoroki-senpai aceptó el objeto y Nejire sonrió triunfante. Eligió ponerlo en su mochila, ya que siempre la llevaba a todos lados y lo colgó del cierre con todo el cuidado que pudo. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, era la primera vez que recibía un regalo de algún amigo. El hecho de que Nejire lo quisiera lo suficiente como para regalarle algo lo hacía sentir un poquito importante.

¿Eso significaba que debía regalarle algo él también?

♦

-¡Midoriya-kun! ¿Estás mejor?- preguntó Kirishima a la hora del almuerzo. En el fondo de la escena se podía ver cómo Iida y Uraraka discutían, gesticulando exageradamente.

-Estoy mejor. Aunque creo que no tanto después de este examen- le respondió Izuku, un poco triste.

-¡No te preocupes! ¡Seguro te fue excelente!- lo alentó

-¿Y si no?

-Si no te vienes conmigo, soy muy bueno con los números y puedo enseñarte- se ofreció- Aunque con Iida-kun como amigo, supongo que soy un poquito inútil.

Hablando de Iida, seguía riñendo con Uraraka.

-TE DIGO QUE DA CUARENTA Y OCHO Y PUNTO FINAL- vociferó, dándole la espalda a la chica. Sacó una botella con agua de su mochila y se dispuso a beber.

-QUE DABA DOS BILLONES- insistió Uraraka, empujándolo con fuerza.

La botella de agua resbaló de sus manos, surcó los cielos -o el techo del salón- y aterrizó en la cabeza de Kirishima, empapandolo y arruinando ese peinado en el que invertía una hora de su tiempo y medio pote de gel. Todos los que se encontraban en el salón se rieron a carcajadas.

-¡Kirishima! ¡Qué lindo se te ve el cabello hacia abajo!- exclamó Asui-chan desde el fondo del aula. Era una chica un tanto misteriosa.

-¡No soy lindo! ¡Soy masculino!- le aclaró.

-Aunque...- pensó Uraraka en voz alta- El hecho de que algo sea lindo no implica que deje de ser masculino y viceversa.

Kirishima la miró sorprendido y se acarició la barbilla, pensando. Uraraka tenía un punto.