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Doméstico

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"Doméstico"

-¿No vas a almorzar con nosotros?- preguntó Iida al notar que, ni bien sonó el timbre, Izuku ya había terminado su almuerzo y ahora se disponía a salir corriendo del aula. Además, le resultaba extraño en sobremanera que llevara un paraguas con el día precioso que estaban teniendo.

-Me siento un poquito traicionada- sollozó una adormilada Uraraka, con la cara pegada a la mesa- Pero debo afrontar que nuestro pequeño está creciendo.

-¡Ja, ja! ¡Qué graciosa!- le contestó sarcásticamente. Los dos lo habían escuchado quejarse toda la semana de que, por más leche que tomara, no lograba crecer un solo centímetro.

-Ya te dije que pruebes combinarlo con jugo de naranja- insistió Iida.

-Y ya te dijimos que Midoriya no quiere cagarse encima- le contestó Uraraka, repitiendo exactamente la misma conversación que habían tenido toda la semana.

-¿De qué se supone que están hablando?- preguntó confuso Kirishima, quién había escuchado lo último y quería suponer que solamente estaba muy sacado de contexto.

-Hablamos de que me voy, los veo luego- saludó Izuku antes de salir corriendo del salón. Lucía realmente feliz a la vez que subía los escalones de dos en dos y ni siquiera tuvo que esperar a Todoroki-senpai junto al aula de música, porque este estaba caminando por el pasillo con ¿Alguien más? Mierda, esto era algo que no estaba previsto. Ahora tenía dos opciones: exponerse ante la otra persona y correr el riesgo de humillarse a sí mismo o simplemente irse.

◊

-Me parece que te busca tu novio- comentó Nejire, haciendo un gesto con la cabeza en dirección a Midoriya. Todoroki volteó a verlo y le sonrió antes de refutar.

-No es mi novio

-Pero le gustas- aseguró la chica y volvió a mirar al kohai, quien se encontraba estático y con la cara roja- Ve a que se te declare, yo me voy con Inasa.

Todoroki quiso argumentar, pero Nejire lo ignoró y lo dejó solo. Caminó en dirección a la extraña persona que le resultaba Midoriya, y es que nunca nadie le había hablado más de dos veces sin soltar alguna de esas cosas sobre el amor. Esperaba que el día de hoy siguiera siendo la excepción, porque no estaba realmente de buen humor para tener que parecer amable al destruir las esperanzas de alguien que, para empezar, ni siquiera lo conocía.

-Buenos días- saludó Senpai con una voz que Izuku solo podía describir como hermosa, y esa palabra también podía servir para calificar su entera existencia.

-B-buenos días- tartamudeó en respuesta, aún soportando los efectos de haberlo visto sonreír. Senpai puso ambas manos en sus bolsillos- Te devuelvo esto.

-Muchas gracias- dijo, llevando su mirada al paraguas que le ofrecía el chico.

-Gracias a tí, Senpai.

Intentó ser lo más amable posible y parecer un Kohai perfectamente normal, a pesar de que estaba gritando internamente porque sus dedos se rozaron casi imperceptiblemente con los del otro al agarrar la dichosa sombrilla de sus manos. Luego de que lo guardara en el bolsillo del saco, se formó un pequeño silencio.