EPÍLOGO

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Lo veo sentándose solo en el columpio en el otro extremo de la acera. Acercándome a él lentamente, me arrodillo en el pasto, ignorando el hecho de que mi vestido probablemente se arruinaría después de esto. Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y empiezo a llorar más fuerte.

Lo siento poner gentilmente sus brazos alrededor de mi cuello, cerrando sus ojos por un momento. Puedo decir que quiere decir algo, pero no lo hace y nos sentamos ahí tranquilamente, el silencio pareciendo ser la mejor respuesta en el momento.

-No lo entiendo-confiesa finalmente, rompiendo el momento de silencio después de unos minutos interminables-yo...no entiendo...por qué...

Lo mantengo más fuerte, queriendo estar segura de que no me dejara. Él no pudo hacer ningún movimiento para pararse o alejarse o algo como eso, pero sólo quería estar segura. Necesitaba estar segura de que no se marchara aún.

-Te amo Yugi.

-¿De verdad?

-Sí, más que a nada. Se lo dije a tu otro ser.

-¿Realmente lo dices en serio entonces? ¿Realmente lo dices en serio ahora?

-Te amo Yugi e incluso si no me amas ahora después de lo que he hecho, siempre seguiré amándote.

Él estaba callado por otro segundo aproximadamente. Podría todavía escuchar esa canción resonando desde el gimnasio. Y como es irónico, en este momento, entiendo esa canción, y lo que el cantante está diciendo.

Estoy tan asustada de perderte Yugi. No sabía lo mucho que significabas para mí hasta que me di cuenta que podrías dejarme ahora. No te culpo si nunca quieres escuchar de mí o verme de nuevo, pero quiero que sepas que, si me dejas, no seré capaz de lograrlo. Siempre has estado ahí para mí y q-que significas mucho para mí que el pensamiento de perderte es insoportable.

-Por favor-gimoteo-no te alejes de mí.

-No me alejaré de ti Anzu. Te amo-se sienta rectamente y levanta mi cabeza un poco, rozando el fleco fuera de mis ojos. Pone un suave beso en mi mejilla-te amo, lo hice por un largo tiempo...pero sabes también que si hago eso las cosas no serán como antes entre nosotros, no importa lo mucho que queramos.

Lo sé, lo sé. Pero quiero tan desesperadamente cambiar eso. Quiero estar contigo para siempre Yugi.

Levantándose, me ayuda a levantarme y me da un último abrazo.

-Debería ir a casa-dice, dando la vuelta.

-Pensé que dijiste que no te alejarías de mí.

Sus ojos amatista miran brevemente a mi dirección.

-Como un amigo, nunca te dejaré-explicó-pero como novio, tengo que alejarme. Lo siento.

Y se va, así de fácil. Pone todo lo que pasó detrás de él y sólo se aleja. Lo admiro por poner una sonrisa mientras se marcha, pero al mismo tiempo siento cómo caigo al suelo y suplicándole que regresara.

Mi llanto se hace más fuerte y el columpio en la cual previamente él se sentó mece ligeramente con una brisa gentil.

-Por favor...Yugi...


Susurro negligenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora