La energía que se desprende del Paradise Night esta noche es la más electrizarte que nunca antes había experimentado. La música hace que parezca que el lugar esta a punto de explotar y es casi imposible escuchar lo que los clientes piden, la pista esta completamente llena y los cuerpos de las personas se mueven al ritmo con energía y un un coro embriagante.
El Dj va tornando los ritmos y Pocker Face de Lady Gaga toma como suyo el lugar. Las luces de neón bailan al ritmo y la sintonía se vuelve cada vez más arrasadora con el aire.
El subor toma mi piel y siento las ligeras capas formarse en mi frente, nuca, piernas y espalda. Mi blusa negra se pega a mi cuerpo, y mi falda de piel se siente acalorante. Me mantengo trabajando con mi Shaker, corto algunas granituras y adorno los Martinis que dos chicos me piden.-Cariño, una Corona aquí por
favor.Un chico de algunos 20 años me grita desde la esquina, asiento y me acerco con rapidez a la nevera, saco una botella y la destapo con mi mano, he llegado a crear cierta destreza al manejar las bebidas, Tanner se ha encargado de enseñarme bien y me siento orgullosa de lo buena que he logrado ser conforme a pasado el tiempo.
Le tiendo al chico su orden y me paga con un billete extra de propina. Me guiñe el ojo y desaparece entre la ola de personas.
Termino los Maritinis, un montón de ordenes más y me siento libre cuando quedan solo dos personas a la espera de que los atienda.
El chico tiene un traje de color gris oscuro, con la cabeza rapada y la piel oscura. Por la cara que lleva parece ser que su acompañante la chica que le habla con desesperación lo acabada de molestar.-Lárgate Brianna, estoy harto de tus malditas mentiras, dejame en paz-. Grita mientras alza su brazo para señalarle la salida.
-No es lo que piensas, Hemet, solo es un amigo. No paso nada, te lo juro.-. Suplica.
-Vete a la mierda, estoy cansado de ti, ya no quiero verte, se acabo-. Se levanta del asiento y grita.
La chica estalla en llanto y le suplica una vez más pero la ignora, sale de mi vista llorando y el chico levanta la mano para que me acerque.
-Un tequila triple por favor-. El dolor y la ira se reflejan a través de su voz, así que hago lo que me dice. Mantiene su cabeza abajo todo el tiempo y logro ver como limpia algunas lágrimas que escapan por su rostro.
Para las personas con el corazón roto como él la bebida se vuelve su mejor amiga en un momento como estos, y lo entiendo por que alguna vez ocupe su lugar con un dolor tan fuerte que nunca pude apagar. Hoy en día el vino se a vuelto un compañero muy cercano a mi. El alcohol puede acabar por arruinar ti vida si no se toma el control sobre el y sobre tu propia vida.
Ver al chico sentado frente a mi me recuerda a los días grises y deprimentes que llego a tener en alguna ocasión. Me cruzó de brazos y me mantengo algo alejada y con la vista fija a sus hombros caídos y su cabeza baja mientras su dolor lo consume. ¿Así de mal me veía yo? Me pregunto.Entre más clientes piden bebidas y la música cambia de rock a pop, dance y algo de electrónica el tiempo pasa y la noche se vuelve más larga con el correr de las horas. El chico termina por tomarse una botella completa de tequila y unos cuantos tragos de wiskey, sus palabras se arrastran entre sus labios y lengua en algun momento llega a perder el equilibrio al tratar de levantarse pero por suerte no cae al suelo.
-Dame otro.- Grita.
-Lo siento, pero creo que ya estas bastante ebrio.- La música va disminuyendo y esta vez puedo hablar sin tener que gritar.
-¡He dicho que quiero otro joder!-. Grita de nuevo.
-Ya no éstas en condiciones de tomar, no te serviré más, será mejor que tomes un taxi-. Mi postura se vuelve más recta y con confianza al hablar. Antes me he enfrentado a más ebrios, y este tipo es otro más a la lista así que me mantengo tranquila para evitar caer en provocaciones. Al levantarse de su asiento se va a un lado pero usa sus manos para tomarse de la barra.
Me da otra mirada pero esta es mas amenazante que la anterior.
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Never Be Alone
FanfictionMi vida cambio cuando el llego, me cambio por completo. Y fui feliz cada día, cada minuto y cada segundo. Pero mi felicidad no prometió ser permanente. Cuando supe la verdad me destruyo y temía por lo que inevitablemente iba a suceder.