Never Be Alone

Capítulo 12

-A ver, dejarme ver si entiendo. Tú Pepper Collins, Cherry. MI CHERRY me acaba de decir que tiene una cita esta noche. En muy pocas horas y no sólo una cita, si no que una cita en el Palace Golden, el jodido ¡PALACE GOLDEN!, ¿acaso estas bromeando?-. En cuanto le había dado la noticia a Becca de que tendría una cita esta noche no dejaba de creer lo que le había dicho.
Al principio se había reído un poco, después me miro como un raro experimento fallido hecho mutación, para el final repetir lo mismo 6 veces consecutivas.
Para ella el que accediera a dicha propuesta era algo sorprendentemente difícil de aceptar e incluso para mi lo era.
Pero ya estaba hecho y la verdad es que lo veía bastante normal. No quería volver esto en un escándalo del cual el edificio entero se debiera enterar.

-Si Becca, tengo una cita. Aunque es algo más bien como una cena de amigos. Nada más-. Inquiero.

-No, nada que ver. Estoy segura que no son amigos por que a) Tanner y yo somos tus único amigos.

-Auch, no olvides a Jonny-. Interrumpo.

Rueda los ojos y prosigue.

-B) Estoy tan segura que ni de su nombre recuerdas, ¿estoy en lo cierto?-. Señala.

-Ahora lo sé-. Digo.

-Es lo mismo. Y deja de interrumpir c) Eres Pepper, tu jamás accederías a una cita. ¿Qué me estas ocultando?-. Me toma de los hombros y me posiciona para quedar frente a ella.

-Nada-. Frunzo el ceño y me mira de manera calculativa.

Se lo que hace, pero esta vez mantengo mi expresión neutra. No quiero tener que darle razones para sospechar así que lo más claro sería tomarle poca importancia al asunto.

-¿Nada?, sabes no nací ayer-. Se cruza de brazos y yo regreso a lo que estaba haciendo.

-Creo lo habías hecho-. Me burlo.

-Oh por Dios, hablo enserio Collins. ¿Que anda mal contigo? O diría todo lo contrario. ¿Qué anda bien contigo?, Dios, no puedo. Es mucho que asimilar-. Luce tan confundida que muerdo mi labio inferior para evitar reír.
Se deja caer en mi cama llevando sus dedos a sus sienes para trazar círculos en ellas tratando de alejar el dolor que le estoy causando aunque aceptándolo en ningún momento le pedí que se preocupara por ello.

-Rebecca, ¿quieres tranquilizante?. Además, ¿qué no se supone que esto era lo que querías?. Por fin he tomado la decisión de buscar amigos.
Deberías estar feliz por ello-. Lo piensa por un momento, para después asentir en acuerdo.

Miro de nuevo mi hacía mi armario, pasando por tercera vez mi mano buscando que ponerme.
En cierto punto Becca tuvo razón al sorprenderse al saber que tendría una cita en el Palace Golden, ya que este un lugar de los más caros que existen en San Francisco. La comida ahí era calificada como de las mejores del país y muy pocas personas tenían acceso a entrar ya que las reservaciones tenían que hacerse desde meses antes.
Era una locura y mi guardarropa estaba de acuerdo.
Nada de que tenía aquí podía llegar a ser tan elegante como la ropa que esas mujeres vestían.
Lo que ahora me desconcertaba y me hacía ahora dudar si es correcto ir.

-¿No encuentras que usar?-. Pregunta Becca.

-Ujum, creo que será mejor decirle que lo cancele-. Cierro las puertas y me siento a un lado de Becca, la cama se hunde con mi peso y acaricio la suave sabana amarilla que tengo debajo de mi.

-No, ni de coña. Irás a esa cita y punto.
Vamos Cherry, vamos bien hasta ahora. No puedes retroceder-. Me toma del brazo para salir e ir hasta su habitación.
Es toda color rosa, como la de nuestra infancia. Con cortinas blancas y una cama cubierta por un edredón color rosa pastel y cojines con forma de nubes y corazones. Bastante infantil.
Fotos de su familia, y otras tantas donde estamos las dos, algunas con Tanner y otras de los tres adornan la mayor parte de sus paredes.