Capitulo 2 Secuestrada: del infierno al cielo

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No. No podía ser. Otra vez. Vio como la pintura azul de su coche casi recién lavado, volvía a ser destrozada por una rallada de algún niñato gilipo.llas. ‘Puta’. Odiaba que aún la tuvieran en cuenta por su pasado. ¡Ya no era stripper! Joder, ¿la sociedad siempre tiene que reírse de la gente? En fin… ya volvería a darle otra mano de pintura. Se subió a su Citroen c5 de segunda mano y condujo hasta El bar de James.
- Buenos días. – murmuró, aún bostezando.
- Buenos días, _________. – Lauren le dio una calada a su Camel y alzó la vista del periódico. Sería una chica guapa si en más de drogarse como lo hacía ella, hubiera seguido estudiando y cuidándose. Unas ojeras adornaban el que sería, su bello rostro. Un maquillaje mal aplicado y un moño mal hecho, del que se escapaban más de un mechón semi teñido. - ¿Todo bien?
- Si, solo que me han vuelto a rallar el coche. – Se colocó su delantal.
- Niñatos que no tienen en que perder el tiempo. – Apagó el cigarro doblándolo en el cenicero. – No hagas caso.- Miró hacia una mesa. - ¿Quiere algo más, señor?
Un hombre de unos veintisiete años se levantó y fue hacia la barra.
- ¿Me pondrá un poco de Jack?
- Claro. – Lauren buscó entre las botellas.
El hombre se giró para observar a ________, la cual limpiaba alguna mesa. Él se acomodó. ________ sintió su mirada en ella.
- Perdone, no queda. – dijo Lauren – voy a buscar en la despensa.
- Claro, no hay prisa.
__________ se giró, justo cuando el hombre se acercaba a ella.
- ¿Puedo ayudarlo en algo? – dijo _________ limpiándose en el delantal. Dios, era guapísimo. Le sacaba poco más de una cabeza. Tenía una mirada que intimidaba, ojos pequeños color miel, intensos, donde se podía descubrir un mar de incógnitas. Unos labios carnosos, una nariz recta en proporción a su cara. Un sombrero le cubría el pelo, pero ella juraría que había distinguido algún mechón liso castaño claro. Debajo de la gabardina… solo dios y algunas mujeres sabrían que se encontraba.
- Si… - A __________ la cogió desprevenida. Fue solo un instante. La cogió por debajo del culo y su cintura quedó apoyada en su hombro. Ella, suspendida en el fornido cuerpo de él. – Venga conmigo.
- ¡Suélteme! – dijo ella. - ¿Qué mier.da está haciendo? ¡Lauren!
- Si no se calla le juro que va a saber lo que es dolor. – Eso fue efectivo. _________ no chilló más, mientras que él, se la llevaba fuera de El bar de James.
La metió en un Nissan Patrol negro, chulísimo.
- Átate el cinturón. – le ordenó. ¿Por qué un secuestrador se preocuparía por su seguridad?
- Oye, te juro que no tengo dinero, si es lo que quieres… además… no podrás pedir el rescate a nadie, no me hablo con mis hermanas, y mis padres… - tragó saliva – están muertos.
- Lo sé. – Él le dedicó una tierna sonrisa – el dinero no es lo que quiero, ahora, átate el cinturón.
A ________ le pareció una muy extraña situación, pero le hizo caso. Más vale prevenir que curar. Él arrancó. A esas horas de la mañana no había nadie por la calle. Aún estaba un poco oscuro, y el campanario de la zona tocaba las seis.
- Aquí tiene… - dijo Lauren cerrando la puerta de la buhardilla. - ¿Señor?
Lauren vio que alguien había dejado cinco dólares en la barra del bar. ‘Quédese el cambio… tuve que irme, gracias.’ Ella guardó el dinero en la caja registradora.
- ¿__________? – suspiró – esta mujer siempre hace igual… cuando menos te lo esperas, desaparece. – siguió leyendo el periódico, y se encendió otro cigarro – Que le vamos a hacer… ni que la hubieran secuestrado. – Y rió para sí misma

Caliente [Novela de Justin Bieber y tu Hot ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora