_________ se quedó mirando a aquel hombre misterioso.
- ¿Quién eres? – fue capaz de preguntar, observando por la ventana del lado de él, que aquel paisaje, no lo reconocía. Se estaban marchando de Los Ángeles. Y __________, no había viajado mucho más allá que digamos.
- Me llamo Justin Bieber. – sonrió él.- pero tú solo llámame Justin. - __________ se movió, incomoda, para quitarse el devantal. Justin no pudo evitar poner sus ojos en ella. Era inmensamente preciosa.
- Vale, Justin. – él intentó no gruñir, aun que sintió una gran satisfacción. Su nombre pronunciado por su voz, dibujado por sus labios, era… era como la mejor de las melodías. No quería saber cómo se sentiría cuando lo gimiera. El simple hecho de aquellos pensamientos hizo que su po.lla se apretara contra el vaquero. Justin disminuyó la velocidad y aprovechó que la carretera estaba solitaria y que era un trámite recto, para quitarse la gabardina y el sombrero. – Vale… Justin. – repitió _________ aclarándose la garganta. – Intentaré calmarme… pero debes entender… que estoy algo confusa…
- Lo sé, cariño. – Cariño. ¿Cuánto hacía que no le decían aquello? _________ jugueteó nerviosa con su pelo. Justin intentó centrarse en la carretera, aun que, cada gesto, cada detalle de __________ le llamaba la atención. No podía creer, que al fin la tuviera allí, a su lado, de carne y hueso. Y que al fin, dejaría de ser solo un sueño. __________ se fijó en el perfecto perfil de Justin. Era guapo. No. Guapísimo. Y ese jersey ceñido a su abdomen dejaba ver dibujadas unas perfectas ondas. Era parecido a una de esas esculturas griegas que representaban al hombre perfecto.
- ¿Y por qué me has… secuestrado? - __________ soltó una risita floja.
- Porque… - Justin intentó buscar las apalabras adecuadas, pero no las encontró. – Porque lo eres jodidamente todo.
- ¿Qué? - ___________ no entendió.
- ___________, te he ido descubriendo día a día, des de los dos años que estuviste trabajando en ese club de Strippers, hasta hoy. Eres… eres una mujer ejemplar, una mujer… especial. He soñado contigo día a día, y sé que si no te tengo, realmente, tú no desaparecerás de mi cabeza.
__________ entreabrió la boca. Nunca le habían dicho nada tan bonito. Y nunca, nunca en su vida, le había pasado nada tan asombroso. Justin parecía un hombre normal, un hombre que podía tener a cualquier mujer rendida a sus pies. ¿Por qué ella? Se preguntó, en su cabeza.
- ¿Por qué yo?
- Porque me gustas. Así, tal y como eres. Y quiero que seas mía. – dijo sin más.
________ aun quedó más boquiabierta. Se habían aclarado algunas cosas pero su cabeza era el real caos mental.
- Cierra esa boquita… - murmuró Justin, apretando los dientes. Su po.lla endureció más al imaginar lo que ella podría hacer con… esa boquita.
__________ supuso que lo que ella hacía repercutía en Justin. Probó a ver si era cierto. Se quitó el jersey. Justin apartó rápidamente los ojos de la carretera y la miró.
- ¿Qué… que haces?
- Tengo calor… - murmuró ella, acomodando el jersey ceñido y de tirantes que tenía debajo.
Justin tragó saliva. _________ sonrió. Sabía que tenía buen cuerpo, buena cara. Pero no sabía que un hombre se podía llegar a interesar tanto por ella. Intentó cambiar de tema para que los nervios de Justin disminuyeran.
- Alguien denunciara esto… - murmuró preocupada. – Ni que sea Lauren.
- No. – Justin la miró sonriente. – Porque tú vas a llamar a tus contactos y… - suspiró – como eres una chica lista, vas a inventarte una buena excusa. – se encogió de hombros – o si prefieres, puedes contarles la verdad.
- ¿Por qué debería hacer eso?
- Porque… - Sintió que Justin aparcaba. Alzó la vista y vio una enorme y guapísima casa de dos pisos. De campo. De esas de madera que a ella tanto le gustaban. – Por que para cuando me encuentre la policía, ya estarías demasiado enamorada de mí. Y no querrías que me detuvieran, para entonces. Así que, haces esto ahora, y nos ahorramos faena.
- ¿Enamorarme de ti? A penas te conozco y ya estás juzgando.