Mier.da… esto me ha encantado… - susurró Justin, acariciándole la mejilla - ¿Estás bien?
__________ abrió los ojos y se sonrojó. Dios, acababa de tener el mejor orgasmo de su vida con un completo desconocido que se le acababa de comer a bocados. Y encima, él admitía que le había gustado probarla… saborearla. Giró sobre su cuerpo y le dio la espalda a Justin, escondiendo su vergüenza entre la almohada y sus manos. Justin no dijo nada, no dejó de aprisionarla entre sus brazos. Si no quería mirarlo, que no lo mirara, pero no escaparía de allí. No estando él a cien. Y haría que esto fuera perfecto.
- ¿Te avergüenzas? – murmuró Justin, apoyando su mentón en el hombro de __________.
- Si. – susurró ella – Acabo de tener el sexo más brutal con un hombre del que casi solo sé su nombre… y que resulta que él lo sabe todo de mí.
- No todo… quiero irte descubriendo yo día a día, poco a poco, y tú deberías hacer lo mismo.
- ¿Por qué? ¿Te crees que siento interés por ti?
- ¿No lo tendrías que tener? ¿Si no, porque aceptaste todo esto? ¿Por qué te desnudaste ante mí? ¿Por qué quisiste excitarme más? ¿Por qué dejaste que te comiera el co…
- Vale, vale. Lo he entendido… bueno, si… - suspiró y se puso de perfil. Justin adoró ese perfil. Otro hombre quizás hubiera dicho que si, que era guapa, pero que había cosas mejores. Pero para él… ella era lo mejor. – Si, me siento… intrigada por ti. Eres..
- ¿Soy? – le intentó sonsacar, sonriéndole. Apartó un mechón enredado que caía por su cara.
- Impresionante.
- ¿De veras?
- Si. Esto es lo… lo más sorprendente que me ha pasado en la vida. – Ella sonrió y lo miró – Y me gusta, no sé porque, me gusta…
- ¿Crees en el destino? – Dijo, buscando en su cuello, mordisqueándolo. El calor volvió a subir por el cuerpo de ____________. – porque yo sí, y te aseguro que tu formas parte de él.
No dejó que digiera nada. La besó.
- ¿Me deseas? – le preguntó a ___________. Justin se inclinó – Mírame. – le ordenó. Ella, tímidamente alzó la vista, recorriendo el cuerpo desnudo de Justin - ¿Me deseas?
Ella recorrió su cuello, su delicioso cuello, sus brazos marcados y definidos, su pecho, su abdomen fuerte. Se detuvo en la graciosa línea de pequeños pelos que se dibujaba des de el ombligo hasta… Madre de dios hermoso y reina santísima. ____________ no pudo evitar entreabrir la boca. Era grande, muy grande. La había notado antes, pero esta era la po.lla más grande y gruesa que había visto en su vida. El calor le subió, sintió como el rubor le cubría las mejillas. Justin sonrió… sabía que estaba dotado, y sabía que a ___________ le gustaría…
- ¿Entonces?
- Es muy grande.
Justin suspiró.
- Lo que importa no es el tamaño, es saberla usar bien, y te adelanto que yo de eso se mucho…
- Ya claro, típica respuesta de mujeriego.
- No soy mujeriego… - dijo Justin, ofendido. – Solo se hacer que una mujer disfrute.
- Vale, pues ahora te adelanto que el tamaño también repercute en lo que le hagas sentir a una mujer. Y te juro que tu… dios.
- ¿Yo? ¿Qué?
- Si Justin. – dijo ella, tumbándose de nuevo. Se abrió ante él, Justin gimió. – Te deseo… te deseo con todas mis fuerzas…
Él la cogió por los muslos. ___________ sentía como su pene palpitante golpeaba contra su monte de Venus, hasta llegar casi a su ombligo. Entrelazó sus piernas en las caderas de Justin, él la llevó hasta Dios sabe dónde. La tumbó en la encimera fría y encendió las luces de la cocina. Cogió algo de un armario.
- ¿Qué haces? – preguntó ___________.
- Tranquila. Te aseguro que yo estoy más impaciente que tu, pero quiero que cada vez que hagamos el amor se quede gravada en tu mente. Y si algún día no nos volvemos a ver, quiero ser objeto de tus pensamientos… que nuestras imágenes invadan tu mente de vez en cuando.
Que Justin dijera estas cosas la ponía a mil. Lo veía de espaldas. Sus hombros eran anchos, su espalda terminaba un poco más estrecha. Tenía buen culo y unas piernas fuertes… igual que los gemelos, atléticos. Para cuando se dio cuenta sintió como algo la rociaba.
- ¡Hey! – se quejó.
- Tranquila… - repitió Justin. – te aseguro que todo lo que yo haga te va a gustar. – sonrió – y sobre todo te va a dar placer.
Justin sorvió el líquido que había esparcido por su vientre, por sus pechos.
- Amo el vodka, pero más cuando se acompaña bien con otra cosa… tu lo suavizas mucho, y esto… - dijo, succionando uno de los pezones – es la mejor mezcla de alcohol que existe.
____________ se rió, a carcajadas. Pasó un dedo por su cuerpo y lo lamió. Justin adoró ese gesto, lo puso aún más duro si se podía… ___________ vio lo que Justin había cogido del armario. Había un pote de chocolate. Lo abrió deprisa.
- ¿Te gusta el chocolate? – dijo ladeando la cabeza, coqueta.
- Si, aun que lo tengo prohibido…
___________ puso cara interrogativa.
- Nada, da igual. – Él pasó un dedo por el tarro de chocolate y lo untó en uno de sus pezones.
- No, di. Yo también quiero saber de ti, me pareces de lo más interesante. – Eso hizo que el corazón de Justin se encogiera.
- Soy diabético. Pero no importa, un poco de azúcar no mata. – sonrió y volvió a succionar su pezón – Mi pequeño Brownie de chocolate… - ella volvió a reír, una risa contagiosa, que iluminaba el interior de Justin y lo hacía sentir más feliz que nunca. Quería llegar lejos con ___________, muy lejos. Ella era lo que él necesitaba, de lo que él se había enamorado, de lo que él había estado buscando durante aquellos dos años. Y la tendría, haría lo posible para tenerla... para siempre.