Capitulo 4

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Yo no juzgo. Opino, que es distinto. – la miró de arriba abajo. Sintió como su pene palpitaba contra la cremallera del vaquero. Si no la cogía de nuevo en brazos, la llevaba ahora mismo adentro de la casa, le arrancaba la poca ropa que le quedaba y le enfundaba su miembro hasta el fondo de la vagina, iba a estallar ya. Hasta el fondo de su vagina. De solo imaginar la sensación del apretado co.ño de ________ alrededor de él, su corazón latía rápido.

- Lo que tú digas…

- Bueno… tu misma. – Abrió la puerta, se bajó e invitó a __________ a salir. Ella dudó unos minutos. - ¿Piensas bajar? ¿O tendré que cogerte de nuevo en brazos?

__________ decidió bajar por su cuenta.

- ¿Vives aquí?

- No. Vengo solo cuando estoy de vacaciones, o algún fin de semana para relajarme.

- Pues para ser tu segunda casa, es espléndida.

- Gracias. – dijo orgulloso de que a ella le gustara.

Abrió la puerta de entrada. __________ aun se quedó más alucinada por su interior. Una fantástica hoguera, una alfombra de piel, una cocina grande, dos baños. Habitaciones. Camas… solo una. Matrimonial. _________ se sonrojó. Sintió como la puerta se cerraba detrás suyo. Y sintió como la acariciaban.

- No sabes las ganas que tengo de ti… no lo sabes… no sabes cuantas veces he soñado esto y me he despertado mojado. – sintió como algo duro, durísimo se clavaba en su trasero. ¿Por qué sentía excitación? Tendría que estar molesta, cabreada… con miedo. No con miedo, no. Justin podía hacer de todo, pero… por alguna extraña razón, no le haría nada malo. Lo presentía. Siempre se dice que las mujeres tienen un sexto sentido ¿no?

Él la volteó y la apretó contra su cuerpo, besando sus labios. ___________ tardó varios segundos en reaccionar. ¿Qué estaba pasando? Terminó por ceder ante Justin. Abrió la boca y aceptó su beso. El simple hecho de que aquella boca la besara, la excitaba mucho más. Era tan deseable… tanto… Justin se separó de ella, dejando un visible rastro de saliva en ambas bocas. Acarició su mentón.

- Esto ha sido… - sonrió Justin.

Increíble. Terminó _______ en su mente.

- __________. – la miró. De una manera tan confortable, que __________ se sintió agusto, tranquila. – Se sincera. Y si te ha gustado esto que acabas de probar…

Justin se sentó en un sillón, algo parecido a una butaca, de cuero negro. Quedaba algo en la penumbra, pero era visible.

- Quiero que te tumbes en mi cama, te desnudes, frente a mis ojos… - hizo una pausa breve, observándola. La respiración de __________ se aceleró. – y te toques.

Ella no supo que decir.

- Si no, sal de la habitación. Te llevaré de nuevo al bar o a tu casa y esto terminará aquí, no volverás a verme. No quiero obligarte a nada, tampoco quiero hacerte cosas que no te gusten. Es tu decisión, aun que si aceptas, juro por dios que te haré la mujer más feliz de la Tierra.

_________ quedó de piedra. Era ahora o nunca. O volvía a su vida ordinaria, o seguía con esta aventura, que le parecía tan seductora como Justin. Tuvo un breve dolor de cabeza. Se dirigió hacia la puerta. La cerró. Justin sonrió. Cruzó las piernas y apoyó su mentón entre las manos entrelazadas. Observó como __________ gateaba hasta el centro de la cama. Olía a todas las flores del mundo. Y era agradable. Aún no creo que esté haciendo esto. Dijo mientras se quitaba el jersey. Es una locura… es una locura. Justin no apartó los ojos de ella. Solo miraba. _________ prosiguió quitándose los zapatos y los vaqueros. Se puso de espaldas a Justin. Desabrochó el sujetador, de color rosa. El pulso de Justin se aceleró, y la po.lla se le hinchó bajo el pantalón.

- Gírate. Quiero ver de qué color tienes los pezones… - murmuró.

__________ se giró lentamente. Un rubor cubría su piel, pero a Justin le pareció adorable. Gimió al ver los pezones erectos de un tono marrón claro. __________ se tumbó. ¿Aguantaría hasta verla tocarse? Oh, estaba claro que no. Vio como lentamente levantaba las caderas y bajaba sus bragas. Juntó las piernas, y Justin no pudo ver nada. Se las terminó de quitar. Rosas, como el sujetador. Se inclinó para encontrar los ojos de Justin, en medio de la oscuridad. Él la observaba.

- Abre las piernas.

Ella lo hizo, lentamente. Y pasó su mano, atravesando el abdomen, resbalando por sus pliegues mojados. Justin suspiró, sin apartar la vista de su sexo excitado. Y como ella se acariciaba. Se tuvo que desabrochar el pantalón. Esta… era la erección más grande de su vida.

Caliente [Novela de Justin Bieber y tu Hot ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora