Hopeless ▶ Woochan (Stray Kids)

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Jeongin se acercó corriendo hasta donde estaba, dejando olvidado el teléfono sobre el sofá.

—¿Ramen? —preguntó con ojos cristalinos asomando su rostro por sobre mi hombro.

Asentí y pronto el rubio mayor se hizo presente. El débil sonido de la televisión se escuchaba como haciendo eco. No podía concentrarme en lo que decían, yo solo observaba como Chris no podía apartar la vista de su celular. Su pierna izquierda se movía sin parar. Estaba nervioso por algo, lo podía notar.

—Que horrible —comentó el menor a mi costado con la boca aún llena y sorbeteando los fideos antes de seguir hablando—. Lo de la tele —agregó viendo mi mirada de confusión.

En la pantalla estaba el noticiero de la noche. Un caballero con un traje azul leía solemnemente las noticas. En letras grande en la parte inferior decía: "Empresario Yong fue hallado muerto en su casa por un disparo en la cabeza"

—Se sospecha que fue un asesinato... —pronuncia el hombre. Mi mente volvió al ramen que se enfriaba frente a mí. Jeongin seguía concentrado en las noticias y Chris giró su cuerpo dándole la espalda a la TV.

—¿Estás bien? —pregunté en un susurro, intentando que el menor no nos escuchara, pero él estaba tan enfrascado, que podíamos estar hablando en un tono normal y aun así no nos escucharía. El chico parecía preocuparse en cualquier cosa que lo alejara de sus propios pensamientos. Y era entendible.

El rubio no me miró, o no me escuchó. Estiré mi brazo hasta tocar su hombro y fue ahí cuando me miró con grandes ojos, como si lo hubiera descubierto en algo.

—¿Todo bien? —pregunté.

—Sí —murmuró y frunció el ceño guardando el móvil—. Lo siento... yo...

—Chris —lo llamé, sus ojos chocaron con los míos un tanto suplicantes. Era extraño—. ¿Sucede algo?

Como siempre, no obtuve ninguna respuesta. En cambio, sus labios tocaron mi mejilla suavemente y sus dedos acariciaron mi pierna.

【...】

—¿Crees que sea necesario comprar más verduras? —pregunté al rubio a mi lado.

Nadie me respondió. ¿Era un deja vú? No, eso había ocurrido antes.

En mis manos tenía dos pesadas bolsas con papas y zanahorias que había comprado para mi madre. Chris me había acompañado a la feria, o así lo había pensado, porque por más que busqué y busqué en los alrededores, no pude hallarlo.

—¿Chris? —llamé saliendo y adentrándome en las calles apretadas del barrio.

El sol estaba en lo alto en pleno día. Avancé tres cuadras, hasta que llegué a una calle que no conocía. Era contraria a donde me tenía que dirigir, supuse que el rubio no se encontraría allí, por lo que me devolví.

Cuando estaba por llegar, sentía que algo me empujaba hacia un lado. Choqué con el muro de ladrillo de una casa que parecía no tener moradores. En el momento en que quise voltearme a ver, fui nuevamente empujado en otra dirección entrando en lo que parecía ser una especie de bodega abandonada que estaba junto a la casa. Detrás de mí escuché la puerta cerrarse con fuerza y causar un eco que retumbó por todas partes. Estaba oscuro. Yo estaba asustado.

"Este es sólo el comienzo"

Me decía en pensamientos recordando la letra desordenada en ese arrugado trozo de papel que decidí botar y olvidar. No debía haberme quedado callado en esa ocasión. Aunque, de todas formas, nada hubiera cambiado si no lo hubiera hecho.