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S H A W N;
1 de Febrero:
Regresábamos a casa del súper Mall con los encargos infinitos de las chicas. Casi 20 personas en una casa, era tremendo.
—¿Cuánto falta para llegar?—. Cuestioné por quinta vez.
Algo dentro de mí me intenta decir algo. Siento algo similar como el día en que Bárbara me dijo que esperaba a nuestro bebé, pero esto no se sentía bien.
—Vamos hermano, traquilo.
Contestó Dallas, dando vuelta en Northside, faltaban por mucho 3 cuadras.
—Oh Cameron, entiéndelo. Nunca se aleja de B, y ahora siente que el corazón se le va—. Chilla Jhonson con humor.
—Ja, ja, ja. Son tan divertidos eh.
Bufé, sintiéndome cada vez más angustiado. Cerré los ojos, intentando buscar paz y lo único que ví fue fuego. Es una señal.
—¡Niall, llama a Nash, que saque a todos de la cabaña!—. Grité y todos se espantaron, quedando estupefactos.—¡Pero ya, carajo!
Cómo Flash el rubio llamó a Grier, no contestó. Después a Hailee, tampoco. Intentó con Camila, Lili, Bárbara, nada.
Cole llamó a Sabrina y está su respondió.—¡Chicos, saquenos de aquí, está todo en llamas, ayuda!—. Se dijo antes de colgar.
Dallas dió un volantazo y quedamos frente a la cabaña. Rápidamente todos bajamos a auxiliar a nuestros amigos.
—¡Llamen a una ambulancia!
Grité para luego sambullirme en las llamaradas, sin miedo a ser cocido vivo.
—¡BÁRBARA!, ¿DÓNDE ESTÁS?
Revisé la planta baja y al entrar al comedor me encontré a Sabrina inconsciente junto a Gigi, Bella y Kendall.
—¡CAMERON, GILINSKY, JHONSON, NIALL, AQUÍ!—. En cuando dí mí paradero llegaron volando.—Miraré en la planta alta. Escúchenme, ponga la inflable cerca de la piscina y la ventana principal. Si encuentro a alguien lo aventaré.
Todos asintieron bajo mí plano y corrí por las escaleras.
En el primer pasillo estaba Liam y Harry cubriendo a Kylie y a Joey. Moví los hombros de los chicos y enseguida reaccionaron.
—En la ventana principal pondrán un inflable, corran—. Asintieron y se levantaron mutuamente.
Seguí mí camino hasta la habitación de Bárbara, y ahí estaba ella, siendo protegida por sus mejores amigas, Camila y Lili. Ambas la cubrían del humo, pero era inútil, estaban al grado del desmayo.
Louis entró a la habitación junto con Zayn y sacaron a las chicas. Permitiendome sacar a mí chica.
—Shawn, llegaste—. Susurró débilmente.
—Siempre llegaré, mor cherri.
—Hay un problema, Shawn—. Chilló con voz de a hilo.
—¿Qué?—. Respondí confundido.
Al instante, un líquido avanzó por entre sus piernas, manchando mía manos. Sangre.
—Dios mío, ¡No!
Un aullido feroz salió de entre mis labios, decidido a salir del lugar. Me debilito, dejando caer al amor de mí vida agonizante.
—Te amo, Shawn—. Susurró Bárbara para cerrar los ojos.
