𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊 - jk [+18]

uno. 🎭

¿A caso piensas que todo este desastre de papeles esta bien Kim Suni? Eres un desastre con tu trabajo. -aclaro su garganta, vuelvelo a hacer por favor, sino, no te molestes en regresa mañana. -salió haciendo ruido con sus horribles tacos.

Mierda, mierda y más mierda. Si, esa era mi jefa, Park Lía, una simple chica que cuando cuando su hermano Park Jimin le dio un lugar como jefa se le subió la fama a la cabeza. -Vaya idiota.-susurré.

-Si nuestra jefa se enterará que le has dicho así, su tacón vendría directo a tu frente.-comento en mi oído.

-P-por dios.-volteé asustada. Deja de hacer eso, un día me mataras del susto. -exclame aliviada.

-Tranquila preciosa, si tú haces eso, entonces yo tendré que matarte a besos. -sonrió.

El es mi mejor amigo, Min Yoongi.
Cuando comencé a trabajar aquí, los dos quedamos postulados para quedar en la empresa, nos ayudamos mutuamente y también nos burlamos de nuestra "jefa" que siempre viene con todo el maquillaje corrido y el cierre su pantalón abierto, a lo que trata de disimular pero sabemos perfectamente que se acuesta con su secretario.

-Oh, deja de decir eso Yoongi, tendrías que decirle a la chica que te gusta y no a mi. -seguí escribiendo en mi portátil.

-Y eso es lo que hago.-acercó su rostro muy cerca del mio. -Y-yo. -tartamudee.

-¡Que es chiste idiota! -rió sin pudor alguno. Espera, ¿no me digas que te la has creído? -tapo su boca con las manos.

-O-obvio que no. -estúpidos nervios, calmensen. No me gustan los chicos como tú, así que quedate tranquilo. -mentí. En un lado me gustaba, era el típico chico serió, elegante e inteligente. Sus típicas bromas de que le gusto y esas cosas, hicieron efecto en mi un tiempo, pero luego me di cuenta que sólo jugaba. -Oye, ve a trabajar, me molestas.

-Claro, claro, con su permiso señorita Kim Suni. -hizo una reverencia y sonrió. -Eres un tonto. -susurré. -¡Te he oído! -gritó.

~◇~

Había llegado la hora del almuerzo, pero como todos los días servían la misma comida y peor todavía es que era horripilante, decidí llevar mi propia comida.

Mientras comía y veía mis redes sociales un sonido de tacones hizo que levante mi mirada.

-Espero que hayas entendido todo muy bien, no es difícil sólo lleva práctica. -lanzó su mirada "coqueta". Este es el sector dos, la que se encarga de todo esto, es aquella que come como cerdo. -sonrió.

-No eres más que una simple falsa, esperó que caigas con esos horribles zapatos. -susurré y la fulmine con la mirada.

-Como sea, cualquier cosa que necesites me llamas y lo charlamos en mi oficina. -guiño su ojo.

Pero el tal chico que estaba allí no aprestaba atención, su mirada había quedado pegada a mi, por un momento creí que sus ojos oscuros iban a perforar mis retinas como tambien me pecho. Su mirada era fría, apagada y muy misteriosa, no mentiría si no dijera que también daba miedo.

Me levante de aquélla mesa y fui directo a mi oficina.