XI

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Había transcurrido una semana más en la cual Genos seguía ausentándose a lo largo del día llegando sólo a cenar junto a Saitama o incluso pasaba la noche en el laboratorio del Dr haciendo "quien sabe que tanto", según el héroe mayor pero, aunque no le agradaba mucho la idea de que Genos se alejara por tanto tiempo, no quería decirle nada al respecto pues entendía a la perfección el estado de compromiso y alerta en el cual se encontraba su amado rubio. Ojalá él pudiera ayudarle de alguna forma pero lo único que podía hacer por el momento era entenderle y darle el espacio que necesitaba. Si iba a actuar de cierta forma debía esperar a que el mismo Genos se lo pidiera para no entrometerse en su objetivo.

El héroe suspiró con desgano antes de levantarse del futón, esa mañana había despertado y nuevamente Genos no se encontraba en el departamento...

-¿Cuánto tiempo más durará esta situación?- Se preguntó internamente haciendo cara de fastidio.

Se dirigió hacia el baño para cepillar sus dientes y tomar una ducha vistiendo luego su traje de héroe, saldría temprano ese día pues sentía que de esa forma el tiempo pasaba más rápido, y al final del día tal vez Genos si llegue a casa.
Con su día planeado, desayunó algo de cereal rápidamente y salió hacia la ciudad en busca de un poco de acción.

○○○

Agh, maldita mala suerte que lo acompañaba, llevaba 4 horas caminando por toda la ciudad, deteniéndose a mirar algunos televisores de ciertas tiendas que transmitían las noticias y nada aparecía, había demasiada calma, él era un hombre que le gustaba vivir tranquilo pero no tener nada que hacer lo mataba infinitamente de aburrimiento.
Sacó su celular dispuesto a llamar a Genos, se estaba empezando a hartar de esa situación por lo que iría a aquel laboratorio, ya nada podía ser más aburrido en ese instante.

Miró su celular empezando a marcar el número del rubio cuando escuchó que alguien lo llamaba a lo lejos, dejó de lado el artefacto y se giró para encontrarse con aquel que le solicitaba.

- ¡Mumen! Vaya, tiempo sin verte hombre.- Saludó algo más animado por encontrar a una de las pocas personas que consideraba agradable.

- Tiempo sin verte Saitama-san.- Saludó el chico de la bicicleta haciendo una leve reverencia.- ¿Estabas patrullando?

- Sí, se supone, aunque no hay nada que hacer realmente.- Contestó el de traje amarillo con su gesto aburrido.

- Es verdad, yo igual salí por mi ronda de patrullaje pero no ha habido mucha actividad.- Añadió Mumen revisando su reloj.- Por cierto, ya casi es hora del almuerzo, ¿comerás en casa?

- ¿Eh? Pues, no realmente, tenía pensado almorzar afuera hoy.

- Oh, pues si no te molesta podemos ir a almorzar juntos, acá cerca hay un buen restaurante al que suelo ir con frecuencia.- Propuso el de lentes sonriendo suavemente.

- Por mi está bien.- Respondió Saitama sin mucho rodeo.

Ambos héroes se dirigieron hacia el restaurante que Mumen había recomendado y estando ya sobre la mesa hicieron su orden y continuaron charlando mientras esperaban la comida.

Finalmente el pedido llegó y Saitama prosiguió a devorar su plato de spaghetti hasta que fue interrumpido por el héroe de Clase-C.

- Por cierto Saitama-san, sé que no le gusta mucho lidiar con temas de rumores o cosas por el estilo.- Habló Mumen mientras lo miraba atento.- Por eso quería preguntarte si estabas al tanto de lo que circula hoy en día en la red.

- ¿A qué te refieres amigo?- Preguntó extrañado pero sin dejar de comer.

- Bueno...- Mumen dudó en hablar.- Últimamente circula por las redes un rumor sobre su relación con la señorita Fubu...- El castaño no pudo seguir hablando ya que una fuerte explosión irrumpió en el lugar generando pánico en el establecimiento. Rápidamente salieron del lugar para divisar un extraño Kaijin de forma circular y color rosado que se estiraba sacando varias extremidades, aplastando y destruyendo varios carros y edificaciones a su paso.

Desde que llegaste. | SaiGenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora