Desde que llegaste. | SaiGenos

IX

Los días pasaban y la joven pareja de héroes parecía estar disfrutando de los mejores días de su vida.

Genos jadeaba mientras caía agotado sobre el futón acariciando suavemente la espalda de Saitama después de una larga sesión de placer. Amaba estar con él.

El mayor no quería sentirse como un pervertido pues desde que había empezado su relación con el rubio hace al menos dos meses, lo habían hecho ya incontables veces, pero no por iniciativa suya precisamente, Genos en la mayoría de veces era quien daba el primer paso.

Genos es detallista y diligente en todo sentido; había aprendido a la perfección como seducirlo y hacerle perder el control. Saitama claramente no se quejaba por esto, sin embargo, tal vez era el hecho de que Genos es más joven que él y tenía esos instintos mucho más fuertes al estar explorando las nuevas sensaciones que las actualizaciones le habían otorgado y, para él, era simplemente imposible resistirse a sus encantos. Sencillamente si lo pedía, él lo haría suyo cuantas veces quisiera.

Saitama lo besó tiernamente acariciando su rostro. Sí miraba unos meses atrás, nunca había imaginado que estaría en una relación así con Genos, pero, ah, definitivamente aquel chico lo había vuelto un completo idiota enamorado.

Se levantó despacio tomando al rubio de la mano para invitarlo silenciosamente a tomar una ducha con él. Realmente parecían una pareja de recién casados.
Saitama recordó que incluso antes de iniciar su relación, ellos tomaban baños calientes juntos...

Era normal, ¿verdad?.
Entraron al baño y Saitama abrió la llave de la ducha aún sumergido en sus pensamientos... De todas formas, ¿a quién demonios le importaba eso? Así cuando se enteraran los demás posiblemente no iban a sorprenderse y algunos hasta ya se lo esperarían. Vivían y siempre estaban juntos, Genos siempre se preocupaba por su sensei y parecía una ama de casa y Saitama siempre iba en busca de Genos cuando sabía que podía estar en peligro y luego le pedía que volvieran a casa juntos. Sí, en definitiva ya se lo esperarían.

Salieron de la refrescante ducha después de unos minutos, eran las 3 de la tarde aproximadamente y mientras Genos se colocaba algo de ropa su teléfono sonó.

- ¿Sí? - Contestó con su habitual seriedad.- Por supuesto Dr, iré en seguida.

- ¿Era el Dr Kuseno? - Preguntó el mayor mientras se colocaba su camisa.

- Sí sensei, dice que quiere verme para hablar algo importante... Y dijo que tenía un presente para usted.- A pesar de estar en una relación con el héroe, seguía tratándolo muy formalmente.

- Por Dios Genos, ¿cuántas veces más tendré que pedirte que dejes de hablarme de "usted"? - Le dijo algo serio pues el rubio no atendía a su petición.

- Lo siento Saitama-sensei, es sólo que no puedo quitarme esa costumbre... Sensei aún sigue siendo mi modelo a seguir.-

- Genos... P-Pero nosotros...- Habló haciendo un puchero.

- ¿No le agrada mi forma de ser?

- ¡No es eso!... No me gusta escucharte hablarme como si solo fuera tu sensei, somos pareja y no es necesaria tanta cordialidad.- El mayor lo miraba fijamente.

Genos sonrió para luego depositarle un corto beso en los labios.

- Ya sé que no eres sólo mi sensei... Lo intentaré, no te preocupes.- Hizo énfasis en aquellas palabras para que Saitama dejara de preocuparse tanto por eso.

- Así me agrada más.- Confesó sonriente.

- Está bien... Y como estaba diciendo, iré a ver al Dr Kuseno, no demoraré mucho, volveré para la cena.- Continuó hablando el rubio mientras activaba su armadura y se colocaba los zapatos.