[[-Matarme, no olvides nunca cuál es tu objetivo principal, Jimin. -le interrumpe sonando realmente cansado, como si le hubiera repetido esa misma frase mil veces.
-No lo he olvidado -contesta Jimin, nota su voz temblar y sabe que miente. Solo esper...
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Oír a su hermano gritar de rabia cuando atraviesa el pasillo que lo lleva al despacho no es algo que lo sorprenda realmente.
Hoseok no tardó más de una sola semana en empezar a odiar su trabajo y Jimin en parte siente pena hacia él. Ser camarero y ser torturado por Taehyung es una cosa pero ser el que tiene que limpiarlo todo y ser tratado como sirviente por Namjoon es otra muy distinta. Cada día de esa semana, cuando vuelven a casa a altas horas de la noche y sintiendo todas las partes de sus cuerpos pedir a gritos un descanso, todo lo que sale de los labios de Hoseok son maldiciones hacia el jefe, sobre sus extrañas costumbres, su humor retorcido y a lo que él denomina "colección de Satán".
Jimin pocas veces ve a Namjoon durante todo el día, él se pasa el día atendiendo clientes y Namjoon encerrado en su cuarto demoníaco como si no soportara ver la luz del sol. Si hace unos días que Jimin sentía curiosidad por conocer más a Namjoon y todo ese misterio que lo envuelve, siempre que Hoseok empieza a hablar de él se le quita el mínimo rastro de curiosidad.
Cuando abre la puerta, sin molestarse a llamar, ni Namjoon ni su propio hermano se sorprenden o se giran a verlo. Hoseok parece demasiado concentrado en mirar al otro con odio, mordiéndose el labio inferior con tanta fuerza que es increíble que aún no esté sangrando. Namjoon en cambio tiene la mirada fija en el suelo, donde Jimin ve un bote de vidrio roto, líquido amarillento escapándose lentamente y dos ojos diminutos flotando en el charco. Por la forma de la pupila sabe rápidamente que se tratan de los ojos de algún felino.
-Ha sido SIN QUERER. ¿Qué no es lo que entiendes de esas dos palabras?
Namjoon levanta la vista hacia Hoseok, quien está de brazos cruzados.
-El hecho de que esas dos palabras salgan de TU boca es lo que no entiendo. –Dice con furia en su mirada. -¿¡Cómo puedes ser tan insensible!?
-¿Yo insensible? ¿Quién colecciona partes de seres vivos? Dime ¡¿quién?! –pregunta Hoseok, señalando con gestos todas las estanterías que decora ese despacho –Si por mí fuera hubiera cogido todas estas cosas y las hubiera quemado y echado al wáter que es donde deberían estar.
-Eh chicos... -empieza Jimin pero ellos lo ignoran totalmente.
-Ah bueno, entonces después de tirarlo todo recuerda limpiar el wáter, mujer de la limpieza. –Namjoon hace énfasis en las dos últimas palabras y Jimin cierra los ojos con fuerza esperando la reacción de Hoseok.
-¿Qué me has dicho?
-Mujer de la limpieza –repite con una sonrisa de suficiencia –Mujer de la limpieza.
Jimin cierra los ojos esperando el grito de su hermano.
Pero sorprendentemente no se escucha ningún grito, tampoco ningún golpe. Jimin, cuando abre los ojos, solo ve a un Hoseok caminando lentamente hacia la estantería más cercana que encuentra, coge el primer recipiente sin mucho esfuerzo y una vez inspeccionado qué hay dentro, alza la vista para fijar sus ojos a los de Namjoon.
