egoistic {junghope}

II

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Con el corazón desbocado, los nervios a flor de piel, mis ojos observan la pantalla del móvil y siento una fuerte opresión en el interior de mi pecho solo por ver tu nombre reflejado en la llamada, ese que tantas noches anhelé por recibir y que ahora temo responder. Mis dedos tamborilean e intento tomar aquel aparato que parecer ser un objeto envuelto en llamas que no me atrevo a tocar, le temo, te temo, temo que dirás.

Aprieto mis puños y mis párpados en un vano intento de ignorar ese timbre "especial" que elegí para ti. Espero, espero, solo tengo que esperar que el sonido cese y tú continúes con tu vida, para intentar seguir yo con la mía. El móvil ha dejado de sonar y recién noto que había dejado hasta de respirar; el oxígeno ingresó una vez más en pulmones y trato de calmar mis eufóricos latidos, pero no me das tiempo de calmarlo porque haz vuelto a llamar.

Detente JungKook, por favor. Te lo ruego, no llames más.

Mi accionar se repite una vez más y trato de ignorarte de nuevo, pero cuando creo que te rendirás, llamas una vez más. Me duele, me duele, JungKook, para, te lo suplico, mi corazón sufre. Es la quinta la llamada y parece que no detendrás, un acto que está reviviendo mis esperanzas y magulla más mi dignidad, porque deseo oír tu voz otra vez. Mis lágrimas han comenzando a fluir empapando mis mejillas mientras tiemblo por el miedo y dolor, pero me armo de valor y te contesto porque sé que no detendrás hasta lograr obtener lo que quieres: que conteste-. ¿Qué quieres? -Dios, me costó enormemente que mi voz no se quebrara.

-HoSeok ¿podemos vernos? -preguntas en un tono suave que me arrulla y desarma por lo que he tenido que morderme los labios para evitar emitir un sollozo que te expresara mi sufrimiento. No quiero que verme débil, aunque por dentro me esté desmoronando, me aferro al poco orgullo que me queda.

-Es tarde, no puedo y no quiero salir, además no tenemos nada de que hablar -me está costando no titubear, pero he logrado mantener mi voz firme. Te escucho suspirar y sé que estás desesperado desordenando tus cabellos porque no lograste obtener un "sí" de mi parte. Te conozco tan bien.

-Iré a tu casa en unos minutos, espérame -me pides y quisiera gritarte que llevo esperándote desde la primera vez que te vi, la primera vez que cruzaste la puerta del restaurante y caminabas mostrando una maravillosa sonrisa que me derritió. Te llevo esperando desde hace mucho convencido de que tú algún día me amarías, pero ahora sé que amas a alguien más y no a mí.

-JungKook, no quiero hablar contigo, es tarde. Duerme, ve a un club, busca a tu novia, lo que quieras, pero déjame en paz -cuelgo tras finalizar mis palabras evitándote responderme y vuelvo a creer que ese es el final, que me dejarás tranquilo, lo creo, sin embargo, estás empeñado en conversar conmigo porque haz vuelto a llamar. Esta vez mis lágrimas descienden tal cual cascada por mis mejillas y golpeo, una y otra vez, sobre mi pecho deseando aminorar mi dolor, pero no lo logro.

He apagado mi móvil y un fúnebre silencio abordó el interior de mi habitación, solo se pueden oír mis sollozos que trato de detener y que logro poco a poco, porque ya no estoy escuchando el sonido de mi celular.

Respiro o eso intento.
Debo calmarme.

Me acurruco bajo las sábanas y me aferro a una almohada donde hundo mi rostro para acallar totalmente mis sollozos. Lo he logrado veinte minutos después. Debo dormir, me estoy durmiendo por el cansancio y el dolor que sigue ahí presente por tu culpa, porque solo oír tu voz desarmó mis defensas.

Sé que Morfeo me ha envuelto en sus brazos, porque ya me siento un poco más tranquilo. "Ding dong" el timbre de la puerta suena, "ding dong" el sonido continúa y está alejando a Morfeo de mí, porque estoy despertando ¿o es un sueño? "Ding dong" el timbre no ha parado de sonar y mis párpados se abren mientras mis corazón vuelve a latir sin control; al parecer sabe o imagina de quien se trata la persona que toca el timbre.

No, no, no puede ser.
Vete JungKook, ten piedad y vete.

Me aferro a mis piernas porque el miedo de ha apoderado de mí, porque temo verte y caer en tu juego una vez más-. ¡Abre la puerta, HoSeok! -gritas exasperado y tiemblo por oír tu voz tan cerca. Gritas lo mismo y por la ventana de mi habitación, veo como otras casas encienden las luces por el escándalo que estás armando ¿qué debo hacer? Temo afrontarte, mi amor.