Capítulo 7:
Pasaron minutos largos, mientras esperaban a que saliera el padre de Gabri. En esos minutos, Gabri y Dayron permanecían callados, sin mirarse si quiera y la noche avanzaba a un lento paso. Gabri sentía el frío en sus huesos, el cansancio por haber tenido que quitar la barrera, o el hecho de que su estómago rugía en silencio, molesto por no haber podido probar ni un mísero bocado en todo el día, todo eso junto, le estaba afectando mucho. Eso le preocupó, por suerte, Dayron dijo, sacándola de sus pensamientos:
-Vaya, esto se está acercando a lo que viene ser, una cita en toda regla-otra vez, soltó con arrogancia-Tienes frío-me sorprendió de repente, por la calidez de su voz.
Yo, respondí, intentando controlar el color de mis mejillas:
-Esto… No, no tengo frío-intentó mentir.
Sin embargo, Dayron la miró seriamente, la atrajo hacia él, metiéndola en su chaqueta, y la dejó sobre su pecho:
-Estás tiritando, no me mientas, Gabri-la apretó calentándola.
Se sentía muy cómoda entre sus brazos, sin embargo, una voz la disuadió e intentó escaparse, diciendo:
-No te creas que soy como una de esas chicas tuyas, seguro que crees que ya me has ganado y…-no pudo seguir.
Dayron le acarició la espalda y le susurró al oído, su aliento hizo que se le erizara la piel y temblara:
-Te congelarás… Deja de moverte, así estarás más calentita-le acarició las manos-Si que estás congelada, nena-sonrió cariñosamente, cogió sus manos y las metió dentro de su camiseta lila, sorprendiéndola de lo caliente que tenía el pecho-Así no tendrás frío en tus preciosas manos, nena.
Siguió acariciándole el cuello y ella, ronroneó cómo un gatito, le gustaba que le hicieran eso. Dayron sonreía extrañamente complacido de poder ayudarla. Justo en ese instante, una voz femenina, le preguntó:
-Dayron, ¿esa es tu nuevo ligue?-se reía.
Gabri se separó de mí, y observó atentamente a la oscuridad. En pocos minutos, aparecieron los amigos de Dayron, Felicity, Maude, Stephano y Michel. Este último, sonrió diciendo:
-No, sólo es una amiga de Dayron, no creo que se la tire-me miró tranquilizándome de nuevo-He dejado a tu amigo en su casa, Alexander, me refiero.
Gabri asintió, y pareció un poco relajada, Michel me miró y sonriendo, dijo:
-Deberías ser educado y presentarnos, ¿no crees?-siempre mirándome con esa sonrisa amable.
Me froté las manos, y bajando del maletero, empecé señalando a mi amigo:
-Este joven de 23 años tan sumamente amable y mandón conmigo, se llama Michel Diavella y el hombrecillo-le revolví el pelo con una mano-Stephano, su hermano pequeño-señalé a la rubia-Flint y Maude-la compañera de pelo oscuro.
Ellos asintieron y Stephano miró a Gabri con cierto rencor, yo y su hermano, éramos como sus ídolos. No pude evitar sentirme orgulloso y Gabri fijó su mirada en mí, leí en sus ojos que se reía de mi, por dentro, también ella bajó del maletero y se presentó:
-Mi nombre es Gabriella Kirsten Daemon-sonreía-Podéis llamarme Gabri-ellos volvieron a asentir y me dijo ahora-Bueno, parece que ya soy oficialmente una rehén-soltó su inconfundible <<chist>>-Llévame con mi padre-vi que seguía temblando de frío.
Asentí, y caminé hacia ella, le puse mi chaqueta ante la mirada atenta y curiosa de los otros, y la llevé hacia el castillo de Láncelot. La verdad, era que estaba sumamente enfadado con mis amigos, por haberme cortado el rollo, y cientos de veces volteé la cabeza solo para clavarle una mirada de rencor a Michel, este miraba para otro lado y se encogía de hombros.