Amor colegial (Dunior)

Capítulo 8

Al entrar lo que vimos era bastante prometedor:varias máscaras de Freddy Krueger, Jason, Michael Myers, Leatherface, algunas ratas de juguete y uno que otro esqueleto de plástico colgado por ahí. Era un poco como un concierto de Mayhem pero sin la sangre real y sin cabezas verdaderas de cerdo clavadas en picas.
Y bueno, aquí resumiré las cosas que pasaron ahí dentro:
James fue escogido como el líder que debía guiarnos en el transcurso, y ésto pasó ya que, en la entrada soborné a los trabajadores de dicha atracción para que hicieran líder al rubio, porque él aparentaba no tener miedo, pero en realidad se moría del susto y, haciendolo líder quizá podría conseguir que gritara o tal vez que me diera la paliza de mi vida, pero valdría la pena.
Entramos y los actores comenzaron a decirnos las indicaciones.
-Señor, asuste todo lo que pueda a mi amigo, yo asumiré las consecuencias si es que hay
Susurré a uno de los actores mientras le extendía un billete. Él me miró y lo tomó algo dudoso, les hizo unas indicaciones a sus compañeros y se distribuyeron en diferentes partes de la atracción.
Sonreí maliciosamente y empujé un poco al rubio para que comenzara a caminar por el lugar.
Afortunadamente las personas a las que soborné hicieron bien su trabajo, ya que, para la mitad del recorrido, Hetfield estaba con los pelos de punta y muy sobresaltado, además de que comenzaba a temblar, yo sólamente iba detrás de él, intentando reprimir mi risa.
En un momento determinado, entramos a una habitación, donde me percaté que se encontraban todos los actores, listos para asustarnos, o mejor dicho, preparados para asustar al rubio.
-¡¡Maldita sea Mustaine!! ¿¡Porqué acepté entrar aquí contigo!?
Gritó James, asustado mientras tomaba mi mano y tratando de esconder su rostro del actor que estaba frente a él.
Después de esto salimos de ahí, el rubio sonrojado por lo que acababa de pasar y yo muriendome de risa.
-Calla zanahorio, seguro tú estabas igual
Dijo el chico al mismo tiempo que me daba un golpe en el hombro.
-Por supuesto que no Het, mientras yo me cagaba de la risa tú te cagabas de miedo
-No es gracioso, pelirroja
-Bueno ya, me callo
Respondí sobando mi hombro y riendo.
Luego de ésto caminamos sin rumbo fijo por la feria, aunque también nos detuvimos varias veces a comprar aperitivos y jugar a los dardos; ahí gané un oso de peluche que le daría a David en cuanto lo viera, James, por su parte, se ganó un conejito de peluche, y, al igual que yo, se lo daría a Jason. Ambos actuabamos muy cursis, pero no lo haríamos si nuestros chicos no fueran tan importantes para nosotros.
Después de un tiempo caminando a lo tonto decidimos sentarnos en una banquita de cara a un pequeño río, esa vista era bastante linda.
Estuvimos un rato charlando en ese lugar hasta que la curiosidad nos invadió y empezamos a preguntarnos en dónde podrían estar Newsted y Ellefson.
-Puede que estén en los carros chocones
-O quizá en algún carrucel
-No seas tonto, colorado, no son niños
-Pero en el fondo lo siguen siendo, así que es una posibilidad
-Mmm, tienes razón, busquemos en las atracciones más relajadas
Dicho ésto recorrimos una gran distancia hasta toparnos con una rueda de la fortuna, ahí encontramos al de rulos y al ojiverde saliendo de el lugar. Luego, decidimos ir a explorar la feria, hasta que el maldito destino decidió ponernos un tunel de los besos en nuestro camino.
-Hey, que tal si entramos a ese lugar
Propuso Jason, mientras miraba al rubio con complicidad, yo sólo me sonrojé más que nunca.
-Vamos Dave, esta es tu oportunidad, si no es ahora ¿cuando?
Susurró James y me empujó hacia David, quien observaba el lugar con curiosidad.
Tragué saliva y me dirigí lentamente al ojiverde, Dio, mándame fuerza que en serio la necesito.
-D-David ¿quisieras entrar al túnel co-conmigo?
Hice la propuesta y pude sentir como tenía el corazón a mil por hora y mis piernas temblaban.
-Oh Dave, c-claro
Respondió muy sonrojado, a tal punto que creí que tenía fiebre.
-¿Y? ¿Listo para lo siguiente?
Preguntó Hetfield mientras caminabamos al túnel.
-No, siento que me va a dar un paro cardíaco.
Dije al mismo tiempo que tocaba mi pecho, sintiendo cada latido.
-Cálmate, todo saldrá bien
Respondió, dió una palmada en mi hombro y subió junto a Newsted a una de esas lanchitas que hacen todo el recorrido.
Ay no, ay no, quedé solo con Junior ¿qué hago? ¿le platico de cualquier estupiedez? ¿lo beso? No, no seas idiota Dave, debes dejar eso para el final...¿si lo beso o no? Ay no puede ser ¿qué voy a hacer?
De repente escuché a David decir algo, pero no alcancé a distinguir que era eso de lo que se trataba.
-¿Qué?
Pregunté saliendome un poco de mis pensamientos.
Él soltó una pequeña risa.
-Lo que dije fue que ya llegó la otra lancha ¿nos subimos?
-Ah, s-si, vámos
Y nos metimos a ese lugar.
-Bien parejitas enamoradas ¿listos para comenzar su recorrido en el túnel de los besos?
Dijo un trabajador de ahí. Lo único que David y yo fuimos capaces de hacer fue ser invadidos por un rubor muy grande.
El sujeto iba a decir algo más sobre el amor pero lo detuve.
-Cállese y dele inicio de una vez a la puta atracción, joder
No me pude reprimir, estaba tan nervioso que me iba a dar colitis.
El tipo me miró extraño y apretó un botón que hizo que la lanchita comenzara a moverse.
No sé que sucederá, pero estoy muy nervioso.
-Gracias, que un señor extraño se ponga a hablarnos de amor es algo incómodo
Dijo David en cuanto avanzamos, mientras reía; yo respondí el gesto.
-De nada, lo hice porque también sentí raro.
Él volvió a reir.
Bien, es ahora o nunca, empezaré haciendole cumplidos y si sale bien, tal vez lo pueda besar.
-Sabes, Junior, tienes una risa muy linda
-Gracias Dave, a mi me gusta tu sonrisa
Ah, quieres que me ponga rudo ¿eh?
En ese instante saqué al colorado más cursi que guardaba en mi interior.
-Pues a mí me gusta tu cabello, tu forma de ser, tus ojos, tus manos, tu forma de tratarme y muuchas cosas más
-Wow, es b-bastante Dave
Dijo al mismo tiempo que se acercaba a mí. Al notar eso también me fui acercando ¡si, iba a pasar! No la cagues Mustaine, por favor no la cagues.
Nos acercamos a un punto que sentía su respiración chocar con la mía.