Capítulo 2

585 37 6
                                    

Al entrar fuimos directamente a nuestros asientos, no queríamos llamar mucho la atención de los maestros, ya que si notaban nuestras heridas nos sancionarían.
Disimuladamente coloqué mi mano sobre mi mejilla para que de este modo no se notara que dicha estaba inflamada.
No paso mucho tiempo para que el profesor de historia comenzara a impartir su clase sobre los mayas.
-Dave, estás siendo muy obvio
Susurró Junior a mi oído ya que para ese entonces cubría mi rostro con el libro.
-Lo sé, pero no quiero que se vea visible mi mejilla de manzana
Dije y David sobó esta parte de mi rostro al momento en que sonreía tiernamente.
Me sonrojé al instante, quería que ese momento jamás terminara.
De un momento a otro tuve la idea de revelar lo que sentía por él. Sabía que eso era apresurar las cosas, pero me importaba más bien poco.
-Junior, m-me g...
-Ellefson, Mustaine, ¿hay algo que quieran compartir con la clase?
Interrumpió el profesor con seriedad.
-Que, emm, n-no se sabe con certeza la razón de la disolución de la cultura, ya que varios asentamientos estaban abandonados antes de la llegada de los españoles
Respondió David, titubeando, mientras se sonrojaba, que lindo se veía.
-Bien Ellefson
Dijo el maestro al mismo tiempo que nos veía de forma desconfiada.
-¿De dónde aprendiste eso Junior?
Pregunté con una pequeña sonrisa.
-De años anteriores, porque hago algo que se llama poner atención
Dijo de manera burlesca y yo sólo solté un "auch", a lo que ambos reímos.
Las clases pasaron rápido, debido a que al estar junto al ojiverde casi no tenía percepción del tiempo.
Finalmente la hora de salida llegó y, apresurados, guardamos nuestras cosas para irnos a nuestros hogares.
Me dispuse a ir en el camino junto a Gar, Chris y Ellefson. Platicamos en el transcurso de varios tópicos, pero principalmente hacíamos preguntas para conocer más a David.
Seguimos caminando hasta que Chris llegó a su casa; luego el que se retiró fue Gar, dejándonos al ojiverde y a mí solos.
-Y bien Junior, ¿dónde vives?
Pregunté con curiosidad mientras seguía caminando.
-Doblando la esquina
-¿ De verdad?, yo también vivo por ahí
Dije algo incrédulo, el hecho que vivieramos cerca me hacía bastante feliz.
-Al parecer tenemos muchas cosas en común: el nombre, la clase, los gustos y ahora la zona donde vivimos
Respondió David con una pequeña sonrisa y con un leve sonrojo en sus mejillas.
-Es reconfortante encontrar a alguien como tú, ¿no lo crees?
Preguntó y yo lo miré a los ojos; su mirada era muy dulce y expresaba sinceridad.
-Si, además, es mejor si esa persona es muy linda, así como tú Junior
Muy gay, lo sé, pero fue lo primero que se me vino a la mente como respuesta.
-Gracias Dave, pero en mi opinión es mejor si es guapo como tú
Comentó tiernamente mientras tomaba mi mano. Al momento comencé a temblar y (extrañamente) él también; sonreí y él igual lo hizo.
-Bueno, ésta es mi casa, nos vemos mañana
Se despidió y dejó un pequeño beso en mi mejilla. Un sonrojo muy notorio invadió mi rostro y, de inmediato le devolví el beso, sólo que en la frente.
Él soltó una risita y entró a su hogar; yo, por mi parte, me quedé admirando la vivienda por unos segundos y me fuí.
Mi hogar no estaba tan distante, sólo a unas cuantas casas lejos de la de él.
Llegué a mi vivienda, saludé a mi madre y fuí directo a mi habitación a hacer mis deberes, gracias a que no quería que al día siguiente David pensara que era un vago.
Intenté por muchos minutos concentrarme en lo que había de tarea pero no lo logré. Mi mente estaba invadida por Junior: su sonrisa, sus ojos, su voz, su cabello, su risa, todo él.
Me tumbé en la cama y me quedé pensando sobre él mientras miraba al techo.
Después de bastante tiempo de ese modo empecé a sentir sueño, pero no pude quedarme dormido porque el tono de llamada de mi teléfono lo interrumpió todo.
-¿Si?
Dije mientras frotaba mi rostro con mis manos y bostezaba.
-Hola Dave
Saludó quien se había apoderado de mi mente hace un rato.
-Ah David, h-hola
Respondí mientras me sentaba en la cama y arreglaba un poco mi cabello.
Comenzamos a hablar, por suerte la plática era un poco más fluida.
-Y...¿porqué llamaste?
Pregunté curiosamente, porque no muchas personas me marcaban sólo para hablar; la mayoría de las veces llamaban para invitarme a beber, o para ir a alguna fiesta.
-No tengo muchos motivos, sólo quería hablar contigo.
No lo pude evitar y me ilusioné. Quizá Ellefson sentía lo mismo que yo, aunque esta idea se esfumó con rapidez; tal vez no podía ser posible que el chico me correspondiera, es decir, nos acabamos de conocer y la primera impresión que le dí fue de un chico problemático. Ah, aunque por lo menos hay un punto bueno: aún no conoce mi reputación de drogadicto y alcoholico.

Lamento no haber actualizado antes y que éste capítulo sea corto. La escuela, los proyectos y las tareas me quitan bastante tiempo, pero haré un esfuerzo para actualizar más rápido

Amor colegial (Dunior)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora