Chapter #8.

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Hoy en la mañana, específicamente en el receso, llamé a Lucas para pegarle cuatro gritos por no ir a recogerte, tenía dos claras y fuertes razones para hacerlo.

Primero: regresando sola a casa, pudo pasarte algo, los condenados ladrones y violadores siempre se aprovechan de cualquier chica delgada y de apariencia débil, pero son tan cobardes que si ven que viene con un chico, por más delgado que sea, no hacen nada.

Segundo: tuviste que irte con Mattew, ¡Con Mattew!, ¡Mattew!, ¡El rubio imbécil y cabeza hueca!, que por cierto, también pudo haberte hecho algo.

Lucas se disculpó mil veces y se notaba que temía que lo golpeara, y casi lo hago, porque sólo dio la vaga excusa de que "se quedó dormido"

Desgraciado, aunque me caiga bien, desgraciado.

Y sospecho que Mattew si te hizo algo, porque ambos han estado compartiendo miradas cómplices toda la mañana, y aunque hablabas conmigo, lo mirabas a él, y él te miraba, te sonreía, te sonrojabas, te dabas la vuelta, él reía, y yo quería darle un golpe en la cara, pero bien dado. Y esos mismos acontecimientos estuvieron repitiéndose toda la mañana, y nunca me contestaste de manera sincera.

-Hey, Christie, ¿pasó algo entre Mattew y tú?

-Nope, nada, nada, todo bien.

Mentías, se te notaba, y hoy descubrí que cuando estás nerviosa, juegas con tus dedos y hablas de más.

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