Última batalla

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Desde que era pequeño imaginó como sería ser un rey, pensaba en la veneración que el pueblo le tendría, de vez en cuando jugaba a ser rey aunque jamás creyó que fuese tan difícil. Veía a su padre ser querido por todo Camelot y ayudar a todas las personas, luchaba por el bienestar de sus ciudadanos.

Aunque en ese momento se dio cuenta que ser un patriarca defensor de su gente no era nada fácil, salió de la ciudadela dispuesto a pelear sin importar el resultado y sin temor alguno. Morgana no solo había llevado a sus criaturas sino los sajones también estaban peleando su pelea, tuvieron que evacuar el pueblo llevándolos dentro del castillo para que estuviesen seguros.Arturo desvainó su espada cuando llegó a la plaza, sintió la mano de Merlín sobre su hombro como muestra de apoyo y sonrió internamente sabiendo que aquel sirviente sería leal hasta el final.

-¡Querido hermano!- Morgana caminaba a su encuentro al lado de Aithusa –Hagamos las cosas más fáciles para ambos y no estemos con rodeos ¿no te parece?

-¿Qué otro camino hay?

-Únicamente tienes que cederme el trono y todo esto terminará

-Sobre mi cadáver- Arturo le dio la señal a los caballeros para que atacaran

-Entonces del modo difícil será- murmuró con una cínica sonrisa en su rostro y luego con voz potente lanzó un hechizo haciendo que los caballeros salieran volando hacia el lado contrario

El rey corrió con la espada al frente para atacar a Morgana pero Merlín pudo ver como una de aquellas criaturas iba a embestir a Arturo, el mago recitó un hechizo e hizo que una parte de la pared del castillo cayera para detenerla. La bruja por su parte se encontraba molesta por lo que acaba de hacer el contrario y decidió que lo mejor sería enfrentarlo para acabar con él de una vez.

Morgana lanzó a Arturo lejos de donde se encontraban para seguir al sirviente quien al ver las intenciones de la sacerdotisa giró sobre sus talones para regresar al castillo sin darse cuenta del peligro en que estaba metiendo a todas las personas del pueblo.

-¡Merlín! ¡Por aquí- la voz del lobo llegó a sus oídos y la siguió hasta llegar a donde se encontraba –Usa la espada de Faith y cuando la encuentres podrás salvarla

-¿De qué hablas?

-Cuando la veas lo sabrás. No tengo más tiempo, iré por ayuda y tu trata de llamar al dragón, él los podrá ayudar para terminar con esto rápido

-Está bien pero Morgana va detrás de mi, no puedo irme sin que ella se de cuenta- lo miró preocupado

-No te preocupes, joven hechicero, te cubriré

El ojiazul asintió con rapidez y se dispuso a salir del pequeño escondite para observar su alrededor buscando la presencia de la bruja y efectivamente se acercaba a pasos rápidos. Cornwall, el Griffin, salió del escondite cuando miró pasar a Morgana frente a él y sin ningún tipo de miedo se lanzó a ella para atacarla. Merlín no se quedó más tiempo para ver lo que le hacia.

Mientras tanto Arturo se levantó de donde estaba observando a otra criatura que nuevamente iba directo a donde se encontraba, empuño la espada esperando que la criatura llegase a estar lo suficientemente cerca de él para poder atacarla pero no llegó nunca. Al darse cuenta la criatura pasó a un lado de él para atacar a otra de su clase, Arturo miró incrédulo la escena sin saber que hacer hasta que uno grupo de sajones lo sacó de su sorpresa.

-Vamos ganando- dijo Gwaine cuando fue a ayudar a Arturo y este lo miró con una ceja alzada

-Calla Gwaine-Siento tener buen humor en estas circunstancias- se encogió de hombros

-¿Qué son esas criaturas?- Percival cambió de tema al ver a las criaturas incorporarse nuevamente

-No lo sé, pero parecen estar bajo el mando de Morgana- explicó Elyan

-Hablando de ella ¿Dónde está?- antes de que cualquiera pudiese responder, la ventanas del castillo estallaron destruyéndolas en mil pedazos y los caballeros se cubrieron para no lastimarse, ella se asomó por las ventanas rotas mirando con furia su alrededor.

-¡Emrrys!- gritó

-Ya se volvió loca- comentó Gwaine haciendo que los caballeros lo voltearan a verlo mal



...



Merlín corría a través del pueblo con la espada en manos procurando no botarla, a su alrededor los guardias peleaban con los sajones o las criaturas. Esperaba que los demás estuviesen a salvo o al menos no heridos, sin detenerse siguió su camino pensando en sus amigos hasta que salió por completo de la ciudad y se fue acercando al claro del bosque donde se dispuso a llamar al gran dragón. El dragón acudió al llamado un par de minutos después de la llegada del hechicero.

-Veo que esto se te ha salido de las manos- comentó la gran criatura

-No tienes porque recordármelo- suspiró el pelinegro y recordó por qué había llegado

-Aquí hay muchas cosas en juego, joven brujo, debes salvar a Arturo antes que todo lo demás. Tiene que cumplir su destino a toda costa

-¿Dices que podría ser su última batalla?

-Todas las batallas pueden ser la última y puede que esta lo sea- cada vez que aquel dragón hablaba confundía al pobre Merlín –Aunque ahora todas las consecuencias de las decisiones que has tomado tendrán repercusiones

-¿Te refieres a...?

-Mordred cumplirá su respectivo destino, solo tu podrás evitarlo o hacer que se lleve a cabo

-Haré todo lo posible- asintió con la cabeza

-Aparte está el destino de la joven...

-¿Qué sabes del destino de Faith?

-Es incierto, con su llegada a este lugar todo puede cambiar para bien o para mal, ella deberá decidir que papel desarrollará en esta batalla

-Pero ella no está aquí ¿cómo ayudará?- lo observó con la confusión plantada en su rostro

-Se encuentra en Camelot y ha estado cuidándote desde su llegada junto a Morgana pero veo que no ves más allá de tus narices para darte cuenta

-Ven conmigo y ayúdanos con las criaturas, me podrás dar tiempo para evitar el destino

Kilgharrah sabía que sería la última vez que podría ayudar al joven hechicero con su destino y por esa razón no se pudo negar. Tal vez no lo podría ayudar más pero estaba seguro que sus caminos se volverían a encontrar en el futuro.

Pasando el tiempo en otra épocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora