¿En serio fue así como se sintió todo este tiempo?
Acabo de encontrar a mi novio engañándome.
Acabo de encontrar a quien creía que era el amor de mi vida follando con otra mujer y la muy zorra, luego de que le grité algunos insultos mientras ella tomaba su ropa del suelo y se la colocaba, salió huyendo despavorida como toda una rata.
—Vete, Rachel.
¿Qué?
—¿Es en serio? —Mis ojos arden y me cuesta ver por la cantidad de lágrimas retenidas.
—Vete, Rachel. No lo repetiré dos veces —dice, subiéndose el cierre del pantalón.
Exploto.
—¡Bastardo! ¿Acabo de encontrarte manteniendo relaciones con alguien más y ni siquiera vas a defenderte? —Me cuesta creerlo. No quiero creerlo—. ¿Y tienes la decencia de echarme, maldito mal nacido?!
Me acerco a él y comienzo a golpear su pecho. Me siento furiosa y decepcionada. ¿Cómo es que pudo hacerme esto?
—Rachel, basta —gruñe, tomándome de las muñecas—. No voy a defenderme porque no hay excusa. Estaba teniendo sexo con alguien que no eras tú, ya lo sabes, lo viste y no voy a tratar de justificarme.
—No puedo creerlo. ¿C-cómo es qué pudiste hacerme esto? ¿Cómo es que pudiste engañarme, Garrett? —Doy unos pasos hacia atrás, alejándome de él mientras lloro. No me importa cuán de ridícula debo verme en este momento—. Te odio. Te odio, maldito hijo de puta. ¡Te odio! —grito.
—¡Ya no te quiero, ¿es que acaso no lo ves?! ¡Ya no estoy para tus líos, Rachel, ya no estoy para todos tus malditos problemas! —me grita de regreso y luego pasa sus manos por su cara con frustración.
Dios, duele tanto. Hacen ya 4 años que me diagnosticaron depresión. Hace la mitad que conocí a Garrett y en ningún momento me imaginé que él podría sentirse así, no cuando me esforsé tanto para aparentar estar bien.
—¿Acaso fui una carga para ti todo este tiempo? —Sollozo y lo miro enojada—. ¿¡No crees que habría sido más fácil habérmelo dicho desde un principio, Garrett?!
—Tu vida es tan... —hace una pausa y suspira—. No quiero estar con una persona así de jodida. Estás tan dañada, Rachel y no puedo arreglarte —Dice mirándome.
¿Así de jodida? Sigo sin poder creerlo. ¿En serio fue así como se sintió todo este tiempo?
—Si mi vida es tan miserable como dices, ¿por qué esperaste tanto para decirme esto? —Le pregunto, aún con lágrimas cayendo por mis mejillas.
Silencio.
—¡Responde de una vez, maldito!
—¡Porque me das lástima! —espeta finalmente—. ¡Tengo lástima por ti! Eres tan miserable. Eres como un maldito muñeco defect... —mi mano se estampa contra su mejilla sin dejarlo terminar la oración.
—¡Y tú eres un poco hombre, eso eres! —me seco las lágrimas bruscamente. Lo odio y odio aún más estar llorando por este hijo de puta—. Siempre traté de estar bien, ¿pero sabes en qué me equivoqué? ¡En que traté de estar bien, no por mí, si no por ti! —lo apunto con mi dedo—. ¡En que te puse a ti antes que a mí misma! —sollozo y continúo pero esta vez con la voz más calmada—. Y lo hice porque pensé que tú hacías lo mismo y ahí es donde me equivoqué. —Tomo mi bolso que hace un segundo se encontraba en el suelo y sin más, salgo de la casa de, ahora, mi ex novio.
Comienzo a correr y ni siquiera me importa estar empapándome por la lluvia.
Corro porque siento la necesidad de alejarme de todo.
Corro porque no sé qué mierda hacer.
Dios, duele tanto. ¿Cómo es que siempre termino así, sintiéndome de esta forma? ¿Cómo es que siempre termino estando sola, sitiendo cómo cada parte de mí, esa que construyo cada maldito día y que me cuesta tanto volver a rearmar, se me viene abajo otra vez?
Cuando ya voy unas cuantas cuadras, me freno de golpe. Mi respiración se vuelve aún más agitada e inmediatamente sé que no solo es porque corrí alrededor de varios minutos sin parar, ni porque estoy llorando desconsoladamente.
Me cuenta respirar y cada vez se me dificulta más.
No otra vez. No ahora.
Me digo mentalmente que tengo que calmarme, que tengo que parar de lloriquear y mantener la calma, pero es en vano.
Me apoyo contra la pared cuando la falta de aire ya es casi desesperante y caigo en la cuenta de que estoy completamente sola en esta estrecha calle por la hora.
Mi cuerpo entero comienza a temblar y yo jadeo por aire. Mis pulmones queman y me aferro a la pared sintiéndome desesperada. Siento que estoy muriendo y no puedo hacer nada.
La vista se me nubla pero aun así logro ver una figura acercándose a mí.
—Ey, ¿te encuentras bien?
Distingo una voz masculina. Intento responder pero me es imposible. Me duele el pecho y sigo sin poder llenar mis pulmones de aire.
Jadeo.
—Mantén la calma, ¿sí? Respira. Todo estará bien.
Siento unas manos sosteniéndome y me aferro a ellas como puedo.
Su voz se va sintiendo lejana y sé que estoy por desmayarme.
—Estoy aquí. No estás sola. No estarás sola.
Sus palabras provocan algo en mí, pero sigo sintiéndome morir. Ya no puedo más.
—Estarás bien, ¿me oyes? Estoy contigo.
Finalmente me dejo ir y lo último que recuerdo antes de quedar inconsciente, son un par de brazos rodéandome para que mi cuerpo no impacte contra el suelo.
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Rachel en multimedia.❤
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If you let me go [PAUSADA]
Romance《Comienzo a creer que me salvó solo para ser él mismo quien vuelva a destruirme.》 HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA.