Capítulo 2

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Héroe personal.

Lo primero que noto al despertar es que estoy en un hospital. Y que, al contrario de cómo describen las camas de los hospitales en las películas, esta es muy cómoda.

Parpadeo adaptándome a la luz y rápidamente recuerdo dos cosas:

1- Mi novio me engañó y luego de que me gritara que solo fui un estorbo en su vida, terminamos.

2- Estaba en medio de un ataque de pánico cuando raramente —ya que es la primera vez que me sucede esto en medio de uno— me desmayé y alguien me trajo aquí.

Trato de incorporarme y siseo al sentir un leve ardor en mi codo derecho.

—Lo siento por eso, evité que te cayeras al suelo pero no que tu brazo golpee contra la pared cuando te desmayaste.

Suelto un grito y abro los ojos más de lo normal cuando alguien habla. Giro mi cabeza hacia donde provino la voz y lo veo.

Hay un chico sentado en una de las sillas que se encuentran a unos pocos metros de la cama en donde estoy.

—¡Dios, casi me matas del susto! —digo con una mano en mi pecho. Casi logra provocarme otro ataque.

—Lo siento también por eso —ríe un poco para luego pararse, acercar la silla más cerca de la cama donde me encuentro y sentarse nuevamente.

—¿Eres quien me trajo aquí? —Pregunto con voz más calmada y algo avergonzada. Recuerdo cómo me encontraba en ese momento; toda llorosa, con el maquillaje corrido, el pelo hecho un nido de pájaros y empapada por la lluvia. Debió haber pensado que era una loca.

Una punzada de dolor me atravisa al recordar el porqué de mi estado.

Garrett.

—Sí. Apenas te desmayaste te subí a mi auto y te traje al hospital lo más rápido que pude. ¿Te encuentras mejor? —Dice interrumpiendo mis pensamientos. Pasa su mano por su cabello y espera a que le responda.

Es guapo. Recién cuando no estaba tan cerca no pude notarlo porque estaba algo atontada ya que recién despierto, además de porque soy miope.

Tiene cabello negro azabache, ojos color avellana y una leve barba adorna su rostro. Le calculo no más de 24 años.

Achina los ojos y la esquina de su boca se eleva un poco, sonriendo.

Estoy segura de que se dio cuenta de cómo estaba mirándolo. Mierda.

—Ehmm, sí, estoy bien —Digo enfocando mi mirada en mis manos—. Gracias por traerme.

—No hay de qué —mira sus manos y luego su vista de alza nuevamente hacia a mí pero esta vez con el ceño levemente fruncido—. Cuando te encontré, estabas algo...

—¿Cachivache?

Qué vergüenza.

—Angustiada. Estabas llorando. ¿Te sucedió algo? —Dice analizando mi rostro.

Suspiro.

—Yo...

—No hace falta que me lo digas si no quieres —aclara ante mi titubeo.

Cierro los ojos unos segundos y vuelvo abrirlos para fijar mi vista en él.

En serio es guapo.

—Acababa de terminar con mi novio luego de descubrir que me era infiel. —digo y otra punzada de dolor me atraviesa, aunque se va rápidamente cuando recuerdo lo que ese bastardo me dijo y cómo me trato—. Él... me dejó muy en claro que no le importaba y que no podía lidiar con alguien como yo.

If you let me go [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora