Kenya.
A la mañana siguiente me despierto casi por instinto. El olor a tocino y huevos hace que casi salte de la cama aún sin estar del todo despierta.
Me froto los ojos y me incorporo lentamente de mi cómoda cama. Ya sentada, me permito abrir los ojos y recorro la estancia tratando de despavilarme un poco.
Si no recordara que Matthew se quedó a dormir anoche, ahora estaría en la puerta de mi habitación en modo alerta y con mi gas pimienta en la mano, pensando que un intruso entró a mi departamento. Aunque, si me despertara de este mismo modo, me lo pensaría dos veces. Quién sabe, tal vez tuvo el lindo gesto de hacerme el desayuno antes de robarme y dejarme sin nada.
"Pobre, tiene una vida de mierda y estoy a punto de robarle. Le haré el desayuno".
Me obligo a sacar mis pies de debajo de la frazada mientras ahuyento los pensamiento absurdos que me asaltan en la mañana. ¿Entendieron? Asaltan.
Dios, qué estúpida. Debo darme un baño helado en este preciso momento.
Camino perezonamente hacia la puerta de la habitación. Salgo de esta mientras bostezo y trato de hacer una cola de caballo en mi cabello enredado. Ya de camino hacia la sala, lo veo. Matthew está de espaldas a mí, concentrado en lo que hace.
—Hey.
Él voltea cuando me escucha y me regala una sonrisa. Sonrío de vuelta.
—Hey, buenos días. En unos minutos estará listo el desayuno —vuelve la vista hacia la sartén y voltea unas tostadas francesas—, Quise sorprenderte, espero no te moleste que haya usado tu cocina sin avisarte.
—Claro que no me molesta. Menos si la usas para preparar el desayuno. Es muy lindo de tu parte, gracias.
Sonrío algo conmovida. Hace tiempo que alguien no tiene un gesto tan lindo por mí. Sonará tonto considerando que solo es el desayuno, pero estos son los pequeños gestos que realmente valoro de una persona.
—Mereces mucho más que solo un simple desayuno. Lo sabes, Rach —vuelca su atención nuevamente en mí y me mira con dulzura. Su voz suena baja y sincera, y sus palabras causan algo en mí.
Me quedo mirándolo unos segundos hasta que bajo la mirada. ¿Merezco más? No recuerdo cuando fue la última que vez que alguien me dijo algo lindo o tuvo algún gesto agradable conmigo. La falta de algo de amor hacia mí, la falta de atención en algunas personas, ya sea en Darrett o en mi propio padre, me han hecho pensar que, en realidad, lo malo estaba en mí. Que merezco todo lo malo. Pero, ¿qué hice para merecerlo? Preguntas como esas vienen frecuentemente a mi mente y no logro encontrar respuesta alguna.
Ninguna palabra sale de mi boca y bajo la mirada, avergonzada por lo patética que estoy siendo.
—Y-yo... iré a ducharme. No tardo.
—Claro.
Doy media vuelta y me encamino de regreso a mi habitación. Suspiro y comienzo a buscarme una muda de ropa. Ya arreglado todo, tomo mi toalla y entro a mi baño.
Me desnudo y abro el grifo de la ducha. Una vez que la temperatura del agua me resulta agradable, me coloco bajo de ella. Comienzo a lavarme el cabello y el cuerpo mientras el agua ayuda a relajar mis músculos tensos. Mi llanto no se hace esperar, ya es rutina.
En cada ducha, en cada noche, en cada momento en el que me siento sola.
Mis lágrimas son camufladas por el agua y sollozo despacio mientras mi mente me tortura, otra vez.
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If you let me go [PAUSADA]
Romance《Comienzo a creer que me salvó solo para ser él mismo quien vuelva a destruirme.》 HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA.