Capítulo 17

2.8K 309 26
                                    

Germán aun reía al recordar como ambos habían ido buscando la noche anterior las zonas menos iluminadas, no para darse besos como cabría esperar, si no para evitar que alguien pudiera ver su semen en sus pantalones.

Germán no recordaba haber pasado por algo tan vergonzoso desde que era un adolescente y su compañera le hizo una torpe mamada que acabó sobre toda su ropa.

Ahora, camino a la playa, recordaba esos momentos y sabía que serían un gran recuerdo de una primera cita.

Dejó el coche bastante más lejos de lo que tenía pensado y caminó tranquilamente hasta la torre de vigilancia donde habían quedado. Además del bañador solo llevaba una toalla, las gafas del sol y las llaves del coche. Era una pena que Cris estuviera de guardia, lamentablemente eso significaba que podían llamarlo en cualquier momento, por eso habían venido en coches separados. Aunque ahora mismo no le importaba.

Cuando Cris le había dicho que quería ir despacio, Germán estaba dispuesto a esperar, pero a la velocidad que estaban avanzando, el despacio de Cris tenía más que ver con la fórmula 1 que con paseos cogidos de las manos a la luz de la luna.

Una vez que llegó al lugar, Germán no tuvo que esforzarse para encontrarlo. Su espalda ancha y su piel morena eran demasiado perfectas como para pasar desapercibidas. Estaba sentado en una toalla mirando al mar y aunque Germán solo podía verle desde atrás, estaba seguro que sus pensamientos no eran para él. ¿Cómo lo sabía? Llámalo intuición.

Le entristeció, pero aun así no se rindió. Tenía una oportunidad e iba a aprovecharla al máximo.

Ese pensamiento cambió justo cuando llegó a su lado y Cris le recibió con su brillante sonrisa. A Germán se le retorció el estómago y cerró los puños tan decepcionado que dolía.

Cris no tardó nada en darse cuenta que algo iba mal.

-¿Qué sucede?

-Nada, todo va bien. Solo que he recordado que tengo que hacer algo importante. Nos vemos después.

Germán se dio la vuelta y se dirigió a paso ligero hacia su coche y no frenó aunque escuchó a Cris llamándolo detrás de él.

-Detente, -Cris le cogió del brazo y lo paró enfrentándolo. -¿Me puedes explicar que ha sucedido? Hace un segundo te acercabas a mi con una gran sonrisa y al otro ¿Te marchas? Mira, esto es muy nuevo y yo no leo bien la mente, así que ayúdame a comprender.

Germán no le miró pero Cris pudo distinguir su tristeza aun con sus gafas de sol puestas.

-No ha pasado nada. Es solo algo con lo que tengo que lidiar...

-¿Algo como qué?

-Sé qué piensas en Simón, que aún le amas pero... no esperé que vinieras a un lugar donde todo el mundo pudiera ver su nombre en tu cuerpo como si aun le pertenecieras. Pensé que por lo menos... las chapas de identificación...

Germán tragó un par de veces.

-Me acostumbraré... Supongo que al final yo también necesito algo tiempo.

Cris apoyó su frente en su hombro y le susurró.

-Lo siento. Ni si quiera lo pensé. He llevado las chapas de Simón tanto tiempo que no me di ni cuenta.

-Está bien que las lleves. No voy a decir que no me importa pero... Sé lo que sientes por él, y no voy a pedirte que lo borres de un plumazo. Solo quiero compartir su espacio. Pero por un momento... no sé, quizá esperé... demasiado.

Germán acarició un momento el pelo de Cris, le dio un beso en la sien y se fue.

Cris le vio alejarse y no se le ocurrió nada para frenarlo. Había estado ilusionado con pasar un rato con él en la playa pero lo había fastidiado pero bien.

El Secreto de SimónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora