Capítulo 19

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Cuando llegaron a casa después de horas y horas de prestar declaración estaban completamente agotados, no solo físicamente, sino psicológicamente.

Al parecer la policía había ido a casa de Ismael donde habían encontrado una especie de altar llenas de fotos de Cris y objetos personales, pero eso no había sido lo más espeluznante... Había insonorizado una habitación que solo se cerraba desde fuera y estaba llena de cadenas y objetos de tortura que hizo al Detective que se lo estaba explicando ponerse de color verde.

Cris se habría reído si no hubiera sido algo tan sumamente serio.

-¿Qué hubiera sido de mi si no hubieras estado allí para avisarme de la jeringuilla?

-Hubieras podido salvarte por ti mismo.

-¿Drogado y encerrado en una habitación insonorizada y con la puerta de metal? Creo que tienes más fe en mi que yo mismo.

Cris se dejó caer en el sofá con un suspiro con Germán a su lado. Cada vez que pensaba en ello era como una maldita pesadilla sacada de una mala película de serie B. Por mucho que buscara en una solución, en su mente nunca acababa bien.

Katana y Kunai salieron de algún lugar y empezaron a restregarse por los pantalones de Cris mientras maullaban ruidosamente.

-Madre mía, están enormes. – Dijo Germán.

-Y las condenadas no perdonan los horarios de las comidas y hoy la cena ya va con retraso. Si no me doy prisa y les doy de comer rápido estarán maullando hasta que me vuelvan loco.

Estirándose un poco Cris se levantó y Germán le detuvo.

-¿Por qué no vas a descansar un rato? Yo les daré de comer.

-Te llevaría la contraria pero estoy demasiado cansado.

Cris se fue a su habitación mientras Germán se dirigió a la cocina y abrió los armarios hasta que encontró la comida de las gatitas y lleno sus comederos y les puso agua limpia.

Mientras que veía a las gatas comer, el día se repetía una y otra vez en su mente.

Aunque le había dicho a Cris que él habría sido capaz de salvarse a si mismo, había posibilidades de que no lo hubiera logrado. Por su puesto Germán sabía que si Cris hubiera desaparecido al primero que hubiera buscado hubiera sido a Ismael pero ¿En qué condiciones lo habría encontrado? Solo de pensarlo se le retorcía el estómago.

Hubiera sido tan fácil perderlo.

Intentando borrar esas imágenes tan desagradables de su mente se frotó el pelo con las manos como así pudiera hacerlas desaparecer.

Dejando a las gatitas para que terminaran de comer se fue al dormitorio solo para asegurarse de que Cris estaba bien, pero no había nadie allí. Por un segundo sintió pánico hasta que escucho el agua de la ducha caer.

-No voy a ganar para sustos.

Agotado se dejó caer en la cama y se quedó dormido antes incluso de saber lo que ocurría.

Su piel cosquilleaba...

Primero en sus labios, luego en su pecho...

Su piel cosquilleaba...

Más abajo...

Su piel cosquilleaba...

Eso...

Eso no eran cosquillas...

Era mucho mejor...

Germán gimió cuando sintió una boca rodeando su pene y su mente salió de su aturdimiento.

El Secreto de SimónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora