• . ˚ * ━━ 𝐅𝐔𝐓𝐔𝐑𝐄 𝐍𝐎𝐒𝐓𝐀𝐋𝐆𝐈𝐀
❝Tú quieres diversión atemporal, yo quiero cambiar las reglas del juego.❞
Alice McKinnon tiene las cosas claras: ella es la mejor bromista de Hogwarts y está lista para luchar. Pero no tenía en cuenta que...
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DOLORES UMBRIDGE ERA, en resumidas cuentas, una auténtica bruja, arpía, perversa, maleducada... Alice tenía mil adjetivos más en la mente que podrían describirla. Se había cansado de que fuera detrás de ella (literalmente corría detrás de Alice por los pasillos para replicarle cualquier cosa). Por el momento, solo le había quitado puntos a su casa, pero era cuestión de tiempo que le castigara como había estado haciendo con Harry. Cuando le preguntó, el chico simplemente dijo que lo puso a copiar, lo cual no parecía un castigo muy abrumador, pero desde luego no quería pasar más tiempo del necesario con esa señora.
Lo peor fue cuando una mañana que bajó tranquilamente a la sala común se encontró con un enorme cartel en el tablón de anuncios de Gryffindor que decía:
POR ORDEN DE LA SUMA INQUISIDORA DE HOGWARTS De ahora en adelante quedan disueltas todas las organizaciones, equipos, grupos y clubes.
Eso seguramente se tenía que aplicar al supuesto grupo de estudios de Harry Potter, por lo que muchos de los que habían estado presentes en la reunión en Cabeza de Puerco fueron corriendo a preguntarle.
—Todo sigue en pie. ¿Podéis disimular un poco? —fue lo único que les dijo Hermione.
Alice estaba cansada y harta de la mujer que se hacía llamar Suma Inquisidora, por lo que había pensado en desarrollar un maravilloso plan que le mostró a su mejor amiga en la comida.
—Espero que sea broma —dijo Mia cuando vio el cuaderno que Alice utilizaba para apuntar sus ideas.
—Por supuesto que no, yo no bromeo con estas cosas —replicó Alice, sosteniendo aún su cuaderno en alto—. Será divertido.
El cuaderno se le fue arrebatado de las manos por Fred Weasley, que pasaba detrás de Mia con su hermano y su amigo.
—"Plan infalible para irritar a la bruja" —leyó Fred en voz alta y estalló en risas—. ¿Has visto esto, George?
El nombrado cogió el cuaderno y lo leyó junto a Lee Jordan.
—¡Es magnífico!
—Devolvedme mi cuaderno —dijo Alice con irritación. George se lo pasó y ambos gemelos se sentaron junto a Lee Jordan delante de ellas—. ¿Por qué no os metéis en vuestros asuntos? Como hacer sangrar las narices de los niños de primero con vuestros dulces, creo que todavía no han tenido suficiente.
—Esto es mucho más interesante —dijo Lee sonriente.
—Escucha, McKinnon, me gustan tus ideas —reconoció Fred con dificultad. Estaba claro que había tenido que hacer un gran esfuerzo para decir eso.
