• . ˚ * ━━ 𝐅𝐔𝐓𝐔𝐑𝐄 𝐍𝐎𝐒𝐓𝐀𝐋𝐆𝐈𝐀
❝Tú quieres diversión atemporal, yo quiero cambiar las reglas del juego.❞
Alice McKinnon tiene las cosas claras: ella es la mejor bromista de Hogwarts y está lista para luchar. Pero no tenía en cuenta que...
CAPÍTULO DIEZ (no. 1 party anthem — arctic monkeys )
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LA ÚLTIMA SEMANA de marzo era definitivamente de las peores de todo el año, al menos en Hogwarts. Durante siete largos días, diversas bromas se sucedían en el castillo y, aunque todo el mundo sabía quiénes eran los causantes, nadie lo decía en voz alta. Los profesores a veces intervenían, pero como Dolores Umbridge estaba siendo molestada, ni siquiera McGonagall quiso hacer algo al respecto.
Los gemelos Weasley llevaban a cabo todo tipo de burlas, inocentadas y, básicamente, diversión. Algunos (sobre todo los prefectos) lo veían como un caos, algo similar a la Semana Trágica española de los muggles, solo que sin, bueno, huelgas obreras. O eso tenía entendido Alice. De pequeña Remus le enseñaba historia de los muggles.
Esta Semana Trágica Weasley se debía principalmente a que el 1 de abril era su cumpleaños, justo en Día de los Inocentes, y todos los años querían celebrarlo por todo lo alto. En esas fechas era peligroso andar a solas por el castillo, ya que en cualquier momento se podía acabar encerrado en el armario evanescente del tercer piso o en el fondo del Lago Negro. Quién sabe.
Las bromas de los gemelos solían ser más ingeniosas que de costumbre, para desgracia de Alice. Le costaba admitir que se les daba bien. Pero apreciar su creatividad era la menor de sus preocupaciones cuando tenía que asegurarse de no ser su víctima.
Uno de los últimos días de marzo, desayunaba tranquilamente en la mesa de Gryffindor cuando alguien se sentó a su lado. Sabía quién era tan solo con el gran olor dulce que emanaba de su cuerpo. Un recordatorio de su aroma en la amortentia.
Fred tenía una sonrisa maquiavélica mientras le quitaba la tostada a Alice de las manos y cogía su café. Le dio un mordisco a su desayuno, ante la atenta mirada de la chica.
—Te veo feliz, Weasley.
—Es por ver tu bonita cara mientras desayuno —comentó Fred con naturalidad.
Desde sus últimas conversaciones, había surgido esa extraña dinámica entre ellos. Se podría decir que coqueteaban, aunque Alice prefería verlo como que se molestaban mutuamente. Eran más cercanos, pero eso no quería decir que de repente fueran amigos.
Sin embargo, dejando sus especulaciones aparte, Alice sentía que se sonrojaba cada vez que le soltaba algún comentario coqueto.
—Dirás mientras comes mi desayuno.
—Es lo mismo.
Alice suspiró y observó a su alrededor. Quería llevar cabo su plan, una gran broma antes de que se la hicieran a ella, pero no podía si faltaba la segunda víctima.