• . ˚ * ━━ 𝐅𝐔𝐓𝐔𝐑𝐄 𝐍𝐎𝐒𝐓𝐀𝐋𝐆𝐈𝐀
❝Tú quieres diversión atemporal, yo quiero cambiar las reglas del juego.❞
Alice McKinnon tiene las cosas claras: ella es la mejor bromista de Hogwarts y está lista para luchar. Pero no tenía en cuenta que...
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Según Fred...
ESTÚPIDO, IMPULSIVO y tonto Fred Weasley. No había otra manera de describirse a sí mismo. Quizás su madre tuviera más adjetivos en mente, teniendo en cuenta que estaba acostumbrada a gritarles cada vez que armaban alguna travesura, pero a él solo se le ocurrían esos tres. Y encajaban a la perfección después de lo que había hecho. ¿De verdad tenía que haberlo hecho?
Se podría haber ahorrado el enfado y el rechazo, la verdad. Pero es que las ideas de Alice siempre le habían parecido originales. A sus ojos, ella era una de las personas más inteligentes que había conocido y cada palabra que salía de sus labios la retenía en su mente para recordarla más tarde. Creyó que llevar sus ideas más allá le haría ilusión y que ser amable con ella podría llevarlo a ser su amigo. Evidentemente estaba equivocado.
Se dio cuenta en la fiesta. Sonaba Queen de música de fondo y ella estaba ahí, enfadada con esa mueca tan bonita que siempre hacía cuando se molestaba. Estaban discutiendo, ella parecía dolida y no quería que se disgustase, pero ya no había vuelta atrás.
Estaba claro que George y (sobre todo) Fred habían hecho algo mal, pero no era solo por los caramelos anti-resaca. Alice estaba molesta, quizás por sus actitudes. En cualquier caso, parecía imposible saber la razón.
Llevaban tanto tiempo llevándose mal, Fred nunca tuvo claro cuándo terminaría ese odio que existía entre ambos. Lo que sí sabía a la perfección era cuándo empezó.
Recordaba cuando se conocieron. Él estaba en tercer curso y ella acababa de empezar segundo. Se hablaron porque su amiga era la hermana mayor de Harry, el nuevo mejor amigo de Ron. Le pareció graciosa, pero nada más allá. Luego comenzaron las bromas y se dio cuenta de que era bastante inteligente con sus ideas, pero le molestaba que otros (Fred y George en específico) pudieran hacer bromas también. Fred pensó que a lo mejor era algo suyo propio y le dolía que saber que tenía que compartirlo.
El problema vino cuando las bromas pasaron de ser divertidas a ser una auténtica competición. En aquellos momentos, Fred solo quería invitarla a ir a Hogsmeade, tomar cerveza de mantequilla y quizás luego robarle un beso. Alice, en cambio, prefería convertir Hogwarts en un campo de batalla donde se decidiría quién era el mejor bromista. George, por su parte, le daba todo igual, la verdad. Siempre estaba en medio de sus discusiones.
A Fred le molestaba lo que hacía Alice. Solo quería llevarse bien con ella (quiero decir, era la chica más guapa del colegio, ¿cómo no iba a querer ser su amigo o algo más?) y Alice solo quería enfrentarse a él. Algunas discusiones se le iban de las manos a la chica y él tenía que responder de alguna manera. No era su culpa que eso la enfadara más. O quizás sí. En fin.
Intentó ignorarla de manera romántica y centrarse en superarla en bromas. De hecho, aburría a George continuamente hablándole de Alice y de cómo debían ganarla en aquella tonta competición que habían empezado. Nunca parecía acabar.