Capitulo 8

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EL DÍA DE LA CENA

NARRADOR OMNISCIENTE

-¡Ah! ¡No quiero! ¡Mamá!

-Leo, deja a la niña.

-¡Ayuda! –Volvió a gritar Chloé mientras que el joven Leoncio no dejaba de zarandearla en el aire por el pie.

-¿Qué? ¿No está tu papá para ayudarte?

-No, pero está su abuelo.
Bradley cogió a su nieta en brazos mirando mal a su hijo.
Deja a la mini princesa tranquila, Leoncio. –Chloé le enseñó la lengua a su tío antes de que su abuelo la pusiera en el suelo.

-¿Hija? –Wanda se giró hacia su madre para mirarla. –¿Te encuentras bien?

-Sí... Creo...

-Déjame adivinar...

-Ni lo menciones porque no vale la pena...

-Seguro que está liado, Wan...

-El abuelo os dió el día libre a todos.

-Pero técnicamente para él no hay día libre porque no está aquí... Estoy segura de que llegará tarde o temprano...

-Como no aparezca no se lo voy a perdonar nunca.

-Anda, exagerada. –Jacielle le dió un pequeño empujoncito a su hija en el hombro riendo.
–Recuerdo los enfados que me cogía también por culpa de los dichosos viajes de negocios esos. Los odiaba y los sigo odiando.

-Pues ya somos dos, mamá...

-¡La comida ya está servida!
–Gritó Amber de repente llamando la atención de todos.

-¡Comida!

-Chloé, no corras. –Wanda suspiró viendo como su hija la ignoraba para salir corriendo al jardín trasero donde habían preparado una mesa junto a la piscina.

-¿Vamos?

-Mmm... Enseguida voy...
Murmuró sacando su móvil para enviarle un mensaje a su novio.

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Todos te estamos esperando...
¿No piensas venir?

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Bloqueó el móvil sin saber si volver a enviarle otro mensaje o no.

Se estaba enfadando y no quería decir algo de lo que después pudiera arrepentirse.

-¡Wanda!

-¡Ya voy, abuela! –Gritó saliendo al jardín para ver a toda su familia sentada en la mesa.

Muchas veces a Wanda le parecía gracioso que la mujer a quien llamaba abuela desde que tenía uso de razón por ser la esposa de su abuelo, fuera cinco años más grande que su madre solamente.

-Por fin, ya estamos todos.

-Todos no... –Gruñió la chica por lo bajo antes de que su hija le hablara.

-Mami, ¿cuando va a llegar papá?

-No lo sé, Chloé. No lo sé.

-Bueno... ¿A alguien le apetece limonada? –Y así, con ese cambio de conversación tan repentino por parte de Amber, comenzaron a surgir otros temas banales y nunca para nada se nombraron las palabras “trabajo” o “empresa” en aquel almuerzo familiar.

ChloéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora