ANGEL EYES ϟ Roger Taylor

Capítulo 4

—Ay, pero que tonta he sido— me quejé en voz baja—. Como voy a creer que un bar nocturno estaría abierto en la mañana. Ahora me toca regresar en la noche.

Estando a pocos metros del apartamento noto la puerta abierta y diviso a Aaron junto a una chica delgada y de cabello colorido. Vaya. Observo como entran y salen con cajas.

Al llegar saludo a Aaron y le sonrío a la chica nueva.

—Hola, debes ser la que vivirás con nosotros— digo educadamente.

— Acertaste, soy Alicia, un gusto... eh?

—Emma, mi nombre es Emma. 

—Un gusto, Emma.— respondió mi nueva compañera. 

— Dame eso, te ayudo a desempacar. — me entrega una caja algo pesada mientras me sonríe.

Después de aproximadamente unos 15 minutos logramos meter lo más rápido posible todas las cajas dentro del apartamento. Al parecer el chófer del carro que hacía fletes, tenía que irse pronto porque según él tenía que almorzar.

—¡Por fin!—exclamó Alicia—qué cansancio todo este proceso.

—Todo esto me ha abierto el estómago— dijo Aaron mientras se estiraba. ¡Vaya! ese chico sí que es alto.

—Creo haber visto un local de comida cerca, quizás a dos cuadras— Alicia se asoma a la ventana y asiente con la cabeza.— Yep, estoy en lo correcto.

—¿Qué dices, Emma? ¿Almorzamos todos juntos? Así logramos conocerte mejor.

—Me parece buena idea— Esperen. Un segundo. ¿Conocerme mejor? ¿Ellos ya se conocían?— Espera, ¿qué? ¿Conocerme?

—Oh, sí, olvidé mencionarte. Alicia y yo nos conocemos desde antes. Estudiábamos juntos en el mismo colegio. 

—Oh, ahora me siento una intrusa —Bromeé. Ahora yo era la única desconocida aquí.

— No te sientas así —rió—. Aaron y yo decidimos vivir como compañeros porque bueno, ya te imaginarás, la vida es más divertida con amigos— exclama divertida Alicia mientras se pone su chaqueta. —Bueno, ¿qué esperan? vamos ya.

Al llegar nos dimos cuenta que el lugar no es muy grande pero tiene un ambiente agradable. Nos sentamos, ordenamos nuestra comida y mientras esperábamos a que nos sirvieran, nos dispusimos a conversar.

—Tengo el presentimiento que estará delicioso— comenta Aaron.

— Yo también— decimos Alicia y yo al mismo tiempo mientras nos sonreíamos.

Veo que Aaron y Alice se llevan muy bien...

Me pregunto si alguna vez habrán salido, y no me refiero a salidas en plan de amigos, no, no.

Me refiero a alguna cita romántica en donde haya ocurrido, no sé, quizás, algún beso.

Cuando tenga más confianza con ellos les preguntaré acerca de eso. Debo dejar de pensar en teorías conspirativas.

—¿Alguno de ustedes actualmente trabaja?— Pregunto antes de darle un mordisco a mi hamburguesa.

Lo sé, lo sé, no es un almuerzo saludable pero sí muy rico.

—Pues yo sí, un amigo me consiguió un contacto y me encuentro en el área de publicidad de una empresa— nos comenta Alice. —Mi plan es estudiar la carrera de publicidad en la universidad y esto me servirá para aprender y ganar experiencia.

—¡Genial! ¿Qué hay de ti, Aaron?

—Yo estoy desempleado— finge un falso llanto y no puedo evitar reír. —Como soy nuevo aquí me tocará buscar empleo.

—¿Tú trabajas?— me pregunta Alice.

—Ya quisiera, estoy en la misma situación que Aaron. Esta noche iré a un bar nocturno a pedir información sobre una vacante que se encuentra disponible según el periódico. 

—¡Vamos!— alza la voz Alice. —Nosotros te acompañamos, ahí aprovechamos y nos tomamos algunas copitas como bienvenida.

—Claro, cuenten conmigo. 

—¿De verdad? ¡Qué cool! Así no me tocará estar sola rodeada de gente ebria.—digo sonriente.

—Hey, pero si vas a trabajar ahí por ley tendrás que estar rodeada de gente ebria— ríe Alicia. —O quién sabe, quizás tu pongas  a la gente ebria, imagina que tengas que trabajar detrás de la barra.

—Tienes razón, tendré que acostumbrarme.

—¡Eso significa que hoy se toma!— exclama divertido el chico de cabello rizado.

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