Capítulo 6

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—No sé si es idea mía o Alice está allá limpiándole la boca con su lengua a otra chica —dije señalando discretamente a su dirección.

—Vaya que no pierde el tiempo.

—Pues parece que no —reí— dejemos que se divierta un rato mientras vamos por más alcohol.

—No me opongo —me miró y me dedicó una sonrisa.

Caminamos hasta la barra mientras Aaron me conversaba que Alice pasó un momento muy amargo cuando tuvo que revelar a su familia su homosexualidad pero con el paso del tiempo ellos pudieron aceptarlo y vivir con ello. Su familia era muy religiosa así que fue muy chocante enterarse de eso, lo bueno es que ahora pudieron sobrellevar sus diferencias y se lleva muy bien con sus padres y ellos la apoyan en todas sus decisiones.

Mientras me hablaba no podía evitar apreciar su rostro. Aaron es muy guapo y en este momento me acaban de dar ganas de besarlo pero no lo haré porque sé que es obra del alcohol y no quiero despertar con resaca y arrepentimiento. Solo con resaca.

Al llegar a la barra mi alto amigo me pidió que lo esperara ahí y que ni se me ocurriera moverme del lugar. Se dirigió al baño mientras yo me senté frente a la barra para ordenar.

—Dos cervezas, por favor. —pedí y esperé a que traigan lo que había ordenado.

Mientras esperaba veía a la gente que estaba cerca de la misma barra en la que yo me encontraba. Habían parejas, grupo de amigas, grupo de amigos y grupos de amigas y amigos.

A mi lado derecho escuché que alguien pedía bebidas al bartender. Noté que tenía una voz rasposa. Miré disimuladamente a mi lado derecho y pude observar el perfil de un hombre rubio, grandes pestañas y con una tez bronceada. Giró hacia mi dirección y rápidamente desvié mi mirada.

—¿Qué tal la estás pasando?

Miré hacia mi derecha, luego a mi izquierda y nuevamente a mi derecha para comprobar si me estaba hablando a mí, y efectivamente lo estaba haciendo.

—La estoy pasando bien —sonreí— es la primera vez que vengo a éste club —confesé— tiene un muy buen ambiente.

—¿De verdad? Deberías venir más seguido, es ideal para desestresarse después de una larga semana.

—Eso estaba considerando —le dediqué una sonrisa a la vez que recibía las bebidas que Aaron había pedido anteriormente.

—Y viendo que eres nueva aquí, ¿no quisieras que te muestre la pista de baile?

Iba a responder hasta que la presencia de mi amigo nos interrumpió.

—Hey, llegué —observé como dirigió su mirada al rubio— ¿qué tal amigo? Buena rumba, ¿cierto?

—No lo dudo —respondió— vienen juntos por lo que veo.

—Sí, vinimos junto con otra amiga pero está divirtiéndose en otro lado —comenté divertida.

El rubio rió.

—¿Entonces ustedes son solo amigos?

—Sí

—Bueno, amigo, entonces no creo que tengas problema alguno si bailo con tu amiga —me miró y sonrió.

Estaba a punto de aceptar la invitación hasta que me vi interrumpida por Aaron.

—Pues no, pero ya se nos está siendo tarde y debemos irnos. —dijo algo cortante.

—En ese caso fue un gusto conocerte a ti y a tu amigo —me ofreció su mano como despedida la cual tomé sonriente.

—Igualmente.

—Hasta la próxima que topemos. Pero antes dime tu nombre.

—Soy Emma y él es Aaron —contesté mencionando a mi amigo para que no sienta excluido de la conversación.

—Igualmente —contestó mi amigo. —Emma, debemos buscar a Alice y marcharnos.

Nos despedimos del rubio y fuimos en busca de mi loca nueva amiga.

La topamos justo cuando ella iba saliendo del baño acompañada de la misma chica. Noté que su labial había desaparecido por completo, eso me indicaba que tuvo una gran noche. El efecto del alcohol ya había desaparecido un poco para Aaron y para mí pero Alice se veía un poco más ebría de cuando la había visto por última vez.

—Alice, ya es hora de irnos. Vamos.

—Ay, ¿por qué eres tan aguafiestas? Quedémonos una hora más, por favor —balbuceaba Alice— aún no me divierto lo suficiente.

—Sí, ¿por qué no nos dejas divertirnos, eh? —comenté divertida chocando mi codo con su tonificado brazo.

—Porque tú —señaló a Alice— ya te has divertido más que suficiente y tú —me señaló— no iba a dejar que bailes con ese tipo, no sabes sus intenciones.

Puse mis ojos en blanco y reí.

—Ya, pero admite que estaba guapo.

Él solo rió y negó con su cabeza.

Después de convencer a Alice de irnos, llegamos a casa y cada uno se dirigió a su habitación a esperar el día siguiente o mejor dicho, a esperar que salga el sol.

***

¡Hola! Después de años pude actualizar.

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Espero les haya gustado.

ANGEL EYES ϟ Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora