10. El inicio

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Alexi había matado a su mago, pero Peter y Marinette lo dejaron con vida con unas costillas rotas, la columna rota y claramente sin descendencia, al menos eso era lo que les dijeron otros magos que llegaron al lugar, no podían dejar que los muggles se los llevaran así que los llevaron ellos, uno para enterrarlo y otro para tratar de curarlo.

—Lo de las costillas y la espalda podría tener algo de remedio —dijo Alexi, tenía muchos conocimientos sobre el área de la magia— aunque la columna quedará marcada y no podría correr ni hacer casi nada, pero definitivamente no se puede hacer nada para que pueda tener hijos.

—Supongo que eso es algo incurable —dijo Peter en tono de broma, los tres estaban descansando en un tejado mientras se podía ver a la policía llevarse a las niñas en aquel edificio— creo que esta es otra razón por la que me gusta mi trabajo, aunque mi vida estuviera en riesgo, no hay nada como ver la sonrisa de la gente que ayudas.

Marinette ya estaba en su forma normal, ahora solo escuchaba a Peter y ella opinaba exactamente lo mismo, aunque ella no era hombre si se podía imaginar el dolor que el mago sintió, aunque ahora daba risa recordarlo.

—Bueno, solo termino con los eventos que quedan pendientes y nos vamos a la chinita —dijo Alexi guardando su arma, ya habían acabado y desmantelado una organización de lo más grande.

Peter tuvo que llevarse en brazos a Marinette por razones obvias, tardaron un poco pero llegaron unos minutos antes de las tres de la mañana, el arácnido bajó a la chica que reía un poquito de que se la tuvieron que llevar así, pero Peter se quitó la máscara y volteó a ver, su sentido arácnido le decía algo.

—¿Que sientes? —dijo Alexi recordando el poder de su amigo.

—No es nada, sentía que había peligro pero ahora solo siento algo de frío —dijo Peter que no podía explicar esa situación, juraría que sintió que había algo o alguien detrás.

—Ten cuidado, podría ser el Ayuwoki —dijo Alexi con tono de cuento de terror, quería aliviar la tensión.

Marinette tenía una pequeña idea para un juego, ya ninguno podía dormir así que lo hizo de inmediato, soltó un pequeño grito y empezó a correr a todos lados, Peter también empezó a hacer los mismo y ahora Alexi era el Ayuwoki tratando de comerlos, los tres parecían unos niños de primaria, pero no les importaba con tal de divertirse un rato, aunque el juego duró muy poco si que se reían a morir cuando terminaron.

Unos días después...

Todos los amigos de Alexi estaban aplaudiendo cuando salió de su último evento, no había ganado todo, pero si algunas cosas que ahora eran de reconocimiento global, tristemente debían volver a Londres porque en una semana y media iban a iniciar nuevamente las clases.

—¿Quienes habrán sido esos tipos? —preguntó Aledis mientras iban de regreso al avión, la noticia de que tres sujetos extraños habían liberado a un grupo de mujeres había sido una noticia muy viral.

—Yo me estaría preguntando si tan siquiera fueran humanos —dijo Mirt, este sentía aún más curiosidad y tenía en mente extrañas ideas de criaturas sorprendentes.

Los tres héroes sólo estaban disimulando, realmente se sentían bien consigo mismos al saber que las que rescataron van a estar de nuevo con sus familias, pero las que lamentablemente ya habían muerto solo podían ser enterradas dignamente, incluso la policía de diferentes partes del mundo ya tenía información de varios criminales gracias a los archivos que se sacaron del edificio, iban a haber arrestos masivos.

—Prefiero muchos arrestos a muchos secuestros, hoy me salió un verso sin esfuerzo —dijo Peter que ahora estaba en la ventana, ese era el trato que hizo con Marinette.

Los juegos de las RealidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora