CAPÍTULO 17

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Hacia el futuro

—Por favor, Milk —le decía la peliazúl.

—Goku solo me dijo eso, no me dijo porque motivo Launch se marchaba —le dijo.

—Necesito que me explique porque se irá —decía tomando su cartera y celular.

Desde que había pasado lo de la madre de Vegeta este le había sacado un celular.

—¿Para dónde vas? —le preguntó al ver que la peliazúl tenía intenciones de salir.

—A su casa —dijo con decisión.

—¿Y el bebé? —le volvió a preguntar.

—Regresaré antes de que despierte —le aseguró.

Atravesó el pequeño corredor con intenciones de marcharse pero la puerta se abrió dejando ver a Goku y Vegeta.

—¿Para dónde vas? —le preguntó con una ceja alzada al verla.

—¿Por qué no me dijiste qué Launch se marcharía? —le preguntó.

Vegeta desvió la mirada hasta su hermana al llegar a la sala.

—Era mejor que no lo supieras —le dijo con simpleza.

—Tenía derecho.

Suspiró con fastidio.

—Ella tiene SIDA —soltó sin nada de delicadeza.

La palidez se apoderó de su rostro al escuchar aquello, Launch, su mejor amiga no podía tener aquella enfermedad. Era imposible.

—No juegues con algo así —le pidió.

—No estoy jugando azulita —se le acercó y la observó—. Ella no quería que lo supieras —le dijo.

—Pero...—sintió los ojos humedecérseles—. Por favor dime que no es verdad —le pidió al lagrimas deslizarse por sus mejillas—- No me importa que tenga esa enferme...—se mordió el labio.

No pudo hacer otra cosa que abrazarla al verla en aquel estado.

—Shhh —susurró—. No llores, tonta —sintió como ella se abrazó más a él.

Dos horas después la peliazúl se había tranquilizado.

—Me tenía que decir que le pasaba —decía con mirada vacía observando la taza de té que le había dado Milk —. Yo la apoyaría, nunca la dejaría sola —una solitaria lagrima se deslizó por unas de sus mejillas y la apartó con tristeza.

—Ella decidió enfrentarlo sola —le dijo Goku.

—Quiero estar con ella —les dijo.

—Bulma —la llamó con advertencia Vegeta.

—Por favor, Vegeta —lo miró con tristeza.

—Ella se fue hoy —le dijo dejando escapar un suspiro.

Sintió su corazón oprimirse al escuchar aquello. No le gustaba verla en aquel estado, no era bueno para ella y menos teniendo apenas unas semanas de haber dado a luz. Los llantos del bebé hizo que todos miraran el pequeño radio de donde provenían los gritos de .

Difícil de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora