CAPÍTULO 16

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Un nuevo latir

—Aquí tienes. —le decía Vegeta a su madre.

—Siéntate. —le pidió.

—¿Dónde está Bulma? —preguntó con seriedad.

—Está bien. —le aseguró.

—Ya tienes lo que querías ahora devuélvemela. —le exigió.

—Eres igual que tu padre Vegeta. —dijo dando un sorbo de su taza de café.

—Bulma y yo no tendremos el mismo destino que ustedes. —le dijo con seriedad al saber a lo que se refería.

—Tu comportamiento me dice que Nappa te contó la traición de Vegeta —le dijo con calma—. Yo amé a Vegeta, lo amé tanto como lo odie después.

—¡Maldición, Milk y yo no tuvimos culpa de nada! —golpeó la mesa con odio.

—Nunca quise involucrarlos en los problemas de él y yo. —le confesó.

—Pero lo hiciste —le recordó con las manos hechas puños—. Estabas tan ciega en hacerlo sufrir que no te detuviste a pensar que nosotros también sufriríamos. —le dijo.

—No me justifico —le dijo con tranquilidad—. Ustedes siempre fueron lo más importante para mi.

—No me hagas reír. —dijo con tono sarcástico.

—Piensa lo que quieras pero es la verdad. —le dijo.

—Toma tu dinero y vete. —le dijo.

—No quiero tu dinero —se puso de pie y dejó un billete en la mesa—. El dinero es tuyo —el sonido de su celular llamó su atención—. Si —dijo al buscar en su cartera y ver el número de la clínica donde estaba la peliazúl.

Señora, la chica tiene contracciones —dijo una chica del otro lado de la línea—. En cualquier momento puede entrar en parto.

—Voy para allá. —y cortó la comunicación.

Se preocupó al ver como de repente el rostro de su madre se había puesto pálido y lo miraba con preocupación.

—¿Qué pasa?

—Tiene contracciones. —dijo preocupada.

—!¿Qué? —preguntó en un grito.

Bulma no podía tener contracciones, le faltaba todavía dos semanas para entrar en parto.

—¿Dónde la tienes? —preguntó.

Vegeta salió como alma que lleva el diablo luego de escuchar donde su madre había llevado a la peliazúl, claro se llevó los maletines donde estaba el dinero. Por un momento pasó por su mente perdonarla, perdonarla y olvidarse de todo pero al escucharla decir donde había llevado a la peliazúl nuevamente su odio se hizo presente, la había llevado a unas de esas clínicas de mala reputación.

No tardó mucho en llegar a aquel lugar y cuando lo hizo tomó a la primera enfermera del cuello.

—¿Dónde está Bulma? —espetó con odio—. ¿Dónde la tienen? —un fuerte grito por parte de la peliazúl causó que soltara a aquella mujer y corriera hacia donde provenía aquel grito.

Difícil de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora