5. Auxilio

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—¿Sam, puedo pasar? —pregunta mi madre al otro lado de la puerta

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—¿Sam, puedo pasar? —pregunta mi madre al otro lado de la puerta.

Asentí, pero luego me di cuenta que no podía verme, por lo que le contesto autorizando su entrada a mi habitación.

La puerta se abre despacio, dando paso a que mi madre entrara por ella.

—Quiero comentarte algo—me informa mientras se sienta a la orilla de la cama, apoyando en su regazo lo que parecían ser libros, los cuales al entrar no había notado.

Asiento indicando que siguiera hablando y la miró prestando más atención.

—Como podrás ver, hemos venido a Nueva York, por un cambio, pero pensarás que un cambio de identidad ya es muy rotundo para toda esta situación. Por eso traje la respuesta a todas tus preguntas— extendio sus manos y me entregó los dos libros en negro que anteriormente estaban sobre su regazo— Se que estás pensando «¿Qué clase de respuestas me darán esos libros?» pero créeme que te dará todas y responderán cada una de tus preguntas, solo prometeme que aseguraras bien estos libros, no se los prestes a nadie, no los muestres ni los deseches, si estos libros llegan a caer en las manos equivocadas no se que sucederá pero no sera nada bueno, y prométeme que sólo los abrirás cuando las cosas estén cambiando, tu sola sabrás el momento en el cual abrirlos.

—¿Qué clase de cambios? —la miro confusa sin entender a lo que se refería.

Suspiró y acarició mi pelo mirándome con cariño.

—Solo haz lo que digo, por favor—suplicó apartando su mano de mi pelo e incorporándose, depositó un beso sobre mi cabeza y salió de mi habitación cerrando la puerta detrás de ella.

Observo con detenimiento los libros, son completamente de color negro, con pequeños detalles dorados en los bordes, se notan demasiado viejos. Las ganas de abrirlos y leer cada una de sus páginas me carcome. Dejo los libros encima de mi escritorio y salgo de mi habitación arrastrando mis pies hacia el baño.

Abro la regadera regularizando su temperatura y luego me despojo de mis prendas de ropa. Corro la cortina de baño detrás de mí para más privacidad.

Me relajo al momento en el que el agua caliente hace contacto con mi piel. Cierro los ojos y comienzo a enjabonarme. Todos los pensamientos me vienen de golpe. ¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué me dio esos libros? ¿A qué cambios se refería? Minutos después de atormentarme la cabeza con tantas preguntas, me doy vuelta cerrando la regadera. Pero algo capta mi atención, una sombra al otro lado de la cortina. Quedo estática en el lugar sin saber que hacer. Hago memoria de que el apartamento está protegido por una alarma de seguridad, por lo tanto, cualquier persona que intentase entrar, no lo lograría y sería un intento en vano

Descartando cualquier idea loca y paranoica que creaba mi subconsciente, corro la cortina de baño abruptamente esperando que no haya nada. Un escalofrío recorre por todo mi cuerpo mojado dejándome con piel de gallina, de pronto hace mucho frío aquí dentro por lo que miro hacia la ventana y efectivamente, está abierta por lo que me apresure a cerrarla y extendí mi mano para agarrar una toalla para luego envolverme en ella.

➸ ➸ ➸

Intento moverme, pero parecían cuerdas lo que sujetan mis dos muñecas y mis piernas fuertemente impidiendo algún movimiento, ya podía sentir el ardor en ellas gracias al roce contra mi piel.

Una risa capta mi atención pero no puedo ver de quien proviene ya que mis ojos estaban vendados con lo que parecía una tela negra

. «¿Cómo es que llegué aquí?»

—Querida Sam, tanto tiempo sin verte—acariciaron con un dedo la parte trasera de mi cabeza. Tiemblo de miedo, no solo por la acción sino por no saber de quién provenía. La venda que tapaba mis ojos, se desliza hasta mi cuello, entrecierro los ojos al sentir una luz amarilla quemarme cuando intenté abrirlos.

Hago el ademán de hablar, pero las palabras no salían de mi boca, parecía muda, pude notar como unas cuantas lágrimas corrían por mis mejillas, quiero gritar, hablar, pedir ayuda, pero algo me lo impide y no sé exactamente qué es.

Una pequeña navaja aparece frente a mi sobresaltándome de miedo y me hace jadear. El dueño de ella la pasea frente a mi rostro por lo que muevo la cabeza para que no me tocase con ella. Acerca más la navaja hacia mí y ríe, lo cual produce más miedo en mi, niego con la cabeza frenéticamente y empujo mi cuerpo hacia atrás intentando alejarme pero mi silla comienza a balancearse de adelante hacia atras, pero la mano vacía del individuo la sostuvo con firmeza sobre mi hombro, obstruyendo la caída.

—Con que queriendo escapar— intuyó burlonamente mientras acerca la navaja hacia mi cuello, trazando un camino en ella con la parte trasera sin filo por lo que no llega a lastimarme siquiera

Comencé a sollozar desesperada e intente gritar «auxilio» para que alguien pudiera ayudarme.

—¡Sam! —la voz del hombre comienza a distorsionarse como aquel sueño anterior—¡Despierta!

—¡Auxilio! ¡Auxilio! —sollozó pataleando. Abrí los ojos y tomé una bocanada de aire incorporándome de donde estoy.

—Tranquila, todo está bien— dice mi madre mientras me acaricia la espalda.

Cierro los puños agarrandomé de las sábanas, respiro repetidamente intentando tranquilizar mi respiración.

Mi corazón bombea con fuerza, mi cuerpo tiembla, el sudor corre por mi cuello y el pánico se adueña de todo mi ser. Otra vez, otra pesadilla y siempre sin saber quien es.

TRUTH | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora