3. Highschool

50 9 15
                                        

El escandaloso sonido de mi alarma hace eco por toda mi habitación, bufo mientras extiendo mi brazo para apagarla y una vez logrado mi cometido, suspiro de alivio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El escandaloso sonido de mi alarma hace eco por toda mi habitación, bufo mientras extiendo mi brazo para apagarla y una vez logrado mi cometido, suspiro de alivio. Me incorporo sobre la cama e introduzco mis fríos pies dentro de las cálidas y suaves pantuflas.

—¡Samantha!—oí la débil voz de mi madre gritándome desde el pasillo.

Suspire y maldije por lo bajo.

Nuevo año, nuevo día, nueva yo y ni hablar del nuevo nombre.

—¡Ya voy!— grito mientras me coloco una camiseta y termino de abotonar mis jeans azules.

Agarro mi bolso y corro por el pasillo hasta llegar a la puerta del baño, me cepillo los dientes, lavo mi cara y me peino un poco.

—Buenos días— saludo con una sonrisa una vez que entro a la cocina y deposito un beso en la cabeza de mi madre.

Abro la nevera para agarrar zumo de naranja y luego de eso me siento en la isla frente a mi madre.

—¿Amaneciste de buen humor?—me mira sonriente y coloca un plato frente a mi el cual tenía fruta cortada en rodajas

—Algo así— me encojo de hombros y comienzo a comer con dinamismo.

  Agarro mi bolso y mi chaqueta mientras me despido de mi madre para luego cerrar la puerta detrás de mí. Observo la dirección de la preparatoria por mi celular y para mi suerte esta se encuentra bastante cerca. Una vez que comencé a caminar, podía escuchar las hojas rompiéndose al pisarlas por cada paso que daba, gracias al otoño, las calles estaban repletas de hojas amarillas y naranjas. Supe que la preparatoria estaba cerca al notar el establecimiento escondido tras los árboles carentes de hojas que se encuentran a mi alrededor.

Un montón de vehículos están estacionados al frente; deseo poder tener mi licencia de conducir pronto. Aún no decido que auto compraría pero sin duda alguna tengo unos cuantos en mente.

   Una vez que llegó a la preparatoria, con la mirada recorro todo el lugar, Middletown High School era gigante ante mis ojos, para nada parecido a los colegios de Londres.

Pasos apresurados, murmullos, voces vociferantes y algunos pares de tacones resonando contra el suelo de mármol callaban cualquier silencio que pudo haber existido anteriormente.

  Camino durante 10 minutos buscando la oficina del principal pero al no tener éxito, decido preguntarle a algún estudiante.

Me acerco por detrás a una chica pelirroja que está sacando libros de su casillero y toco su hombro llamando su atención.

—Disculpa, ¿podrías decirme donde se encuentra la oficina del director?—le pregunto tan pronto se da vuelta.

Ella me sonríe amistosamente y asiente

—Claro, ve por este pasillo hasta donde está aquella puerta gris y dobla a la derecha, al final de ese pasillo estará la oficina del principal.

TRUTH | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora