Una semana después
Para mi suerte no había sucedido nada importante a lo largo de estos días. Me he vuelto cercana a Kate y mi madre seguía extraña, ocultándome algo. Cada día que regresaba a casa temprano, la oía hablar con alguien por teléfono, pero al momento que me ve o escucha entrar, corta la llamada como si nada hubiese pasado.
—Lotty ¿por favor? —pidió suplicante.
No para de insistirme, hacía ya media hora que está pegado detrás mío como chicle en una suela de zapato. ¿Acaso no se cansa de insistir? ¡Que chico tan persistente! ¿Y qué mierda de apodo era ese? Me han puesto demasiados a lo largo de mi vida, pero definitivamente ese es el peor que eligieron para mí, o para mi nuevo nombre.
Negué con la cabeza y seguí caminando con Zed detrás mío casi tocando la punta de sus zapatos con la parte trasera de los míos.
—Es un pequeño trabajo de Matemáticas, no estoy pidiendo demasiado. Se te da bien esta materia y sabes que a mi no.
Me di la vuelta bruscamente, causando que Zed tropezara y casi cayera encima de mí. Y sin darle importancia a lo que cause, lo mire seriamente.
—Te lo digo por última vez y espero que lo entiendas—espeté golpeando su pecho con mi dedo índice haciéndolo retroceder— No lo haré, no te ayudaré y no vuelvas a llamarme así.
Quedó estático en su lugar, mirándome sorprendido por mi actitud, normalmente no soy así hasta que me sacas de mis casillas.
Lo miro fríamente por última vez para luego darme la vuelta y comienzo a caminar hacia mi próxima clase. Una semana aquí y no quiero sumar más clases perdidas a la lista, no cuando eso puede perjudicar mi solicitud a las universidades, ya que no creo que vayan a admitir a alguien con demasiadas inasistencias no justificadas.
➸ ➸ ➸
—¡Calcula el ángulo! ¡Calcula el ángulo! —repetí desesperada, golpeando con un bolígrafo el cuaderno de matemáticas.
Para nuestra suerte no hay nadie en la biblioteca además de la señora que ordena los libros que esta con la mirada fija hacia nosotros, vigilándonos como si fuéramos a robar alguna cosa del establecimiento.
Le sonrió apenada por la escena que estamos haciendo, hacía ya 5 minutos que estamos gritándonos uno al otro.
—¡Ya lo hice! — frustrado despeinó su pelo y luego mordió la punta de su lápiz.
—¡Lo has hecho mal! — abrí los ojos exageradamente, sacudiendo el cuaderno frente a su cara.
Dejo caer su cabeza sobre la mesa, golpeando su cara contra ella.
—¡No te soporto! No sé en qué estaba pensando al pedirte ayuda— murmuro apenas audible aun con la cara sobre la mesa.
—¡Ni yo al ayudarte! Oh espera, fuiste tú quien me obligó a hacerlo—exclamé con ironía.
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TRUTH | EN PROCESO
Novela JuvenilUna apacible adolescente en su último año de preparatoria, se enfrenta a un cambio rotundo en su vida. Tras la huida de su padre y una infancia solitaria, emprende un viaje a una nueva y misteriosa vida llena de secretos. Mudarse parece ser una bue...