9•Sin final feliz

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Shawn llegó a su casa de la japonesa nada más terminaron las clases. Alterado al ver que nadie abría la puerta de la casa, decidió entrar por la ventana, por las escaleras de emergéncia. Se quedó sin aliento al mirar por la ventana de la habitación de Kyoka, las ganas de vomitar podían con él y las lágrimas salían de sus ojos si cesar. Calló al suelo, mareado y sin fuerzas al ver el cuerpo sin vida, tirado en el suelo y desangrado de su mejor amiga y amor platónico secreto. Rezó por que fuera un sueño,
golpeó, gritó y lloró sintiendo una gran presión y culpabilidad. Entró por la ventana, la cual rompió y abrió por dentro. Miró a Kyoka durante un largo tiempo, llorando aún, sin poder creerselo.

Pasó una hora, y ya había asimilado que no era un sueño, y arrepentido por todo, mareado aún, hizo una llamada telefónica.

—Claire, ¿puedes venir un momento? Estoy en casa de Kyoka. Trae una pala grande y una bolsa de basura, por favor.

La niñera llegó y se horrorizó al ver el cadáver de la niña, e insistió varias veces en llamar a la policía, ya que Shawn no la dejaba. Al final se rindió y accedió a hacer lo que decía el niño.

6:00 p.m, la tumba improvisada de la japonesa se encontraba en un sauce llorón al lado de la de su madre, ambas rodeadas con flores de varios colores, y con unas pequeñas piedras en las que ponían sus nombres. Shawn había insistido en enterrarla al lado de su madre, para que se volvieran a ver.

—¿Quiéres que te deje a solas?— le preguntó la mujer a Shawn.
—Sí, por favor— respondió el, con la voz rota y la mirada clavada en el suelo.

Claire se fue, dejando a Shawn sentado al lado de la tumba de la niña, con la cara escondida entre sus brazos, sollozando levemente.
A su lado se encontraba un fantasma de rasgos asiáticos, de pelo negro y ojos negros, que miraba con tristeza al chico mientras le acariciaba la espalda, aunque sabiendo que el no lo podía notar.

—Nos veremos pronto Shawn, lo sé, y lo siento— declaró el fantasma de Kyoka a su lado, con un tono triste y decaído, de culpa.

Se sentó a su lado y ambos se quedaron mirando la puesta de sol, comprendiendo que algunas historias acaban sin final feliz.


                           ~FIN~

Sin final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora