Un mes había pasado ya desde que Kyoka conoció a Shawn. Kyoka se encariñó mucho con Shawn, ya que después de todo es su único y primer amigo, la única persona que realmente se preocupaba por ella. En cuanto a Shawn, bueno, el se había encariñado tal vez demasiado con Kyoka. Se podría decir que la veía como un amor platónico más que com una amiga, siendo tan tierna e inocente. Después de todo, ¿quién no se enamora de un ángel? A pesar de esos sentimientos, ambos seguían sus vidas "normales", si se le puede decir así.
Kyoka parecía estar más feliz últimamente; ahora sonreía con más frecuencia, sonrisas débiles y pequeñas, pero que daban significado a la vida de Shawn; siempre es ella la que habla en una conversación, con mucho ánimo; su nuevo recorrido para ir a casa era perfecto, no había sufrido ningún altercado hasta el momento. Su vida parecía ir mejorando, aun que su padre seguía abusando de ella, el resto mejoraba por segundos, y eso la daba fuerzas.
—Espérame aquí, voy al baño— dijo Kyoka a Shawn dirigiéndose a los baños femeninos del colegio.
—Vale, vale— respondió el de cabello marrón.Al llegar al baño la japonesa escuchó unas voces familiares, pero no las llegó a reconocer. De repente sintió un golpe en la espalda, que la hizo caerse de cara al suelo.
—Pero mira quien está aquí, si es la zorra de Kyoka— dijo una de las voces, la cual resultó ser Amber, quien ya había vuelto de la expulsión.
—Mira que ya es triste no poder defenderte, pero que el nuevo del colegio lo tenga que hacer por ti, ¡es humillante!— se burló Lea, la cual le dio otra patada a Kyoka en el suelo.
—Seguro que el pobre chico se tiene que estar arrepintiendo de estar contigo ahora mismo, me refiero, ¿quién en su mínima salud mental querría estar contigo?—añadió Heather al argumento de su amiga.Kyoka no sabia que decir, estaba en shock, todo estaba saliendo tan bien en su vida, que no se había dado cuenta de que el mes de expulsión ya había pasado. Estaba confundida, sentía rabia y tristeza por tener que soprtalas otra vez, pero tampoco quería defenderse para no terminar peor. En un momento recordó lo que Shawn la dijo sobre la moneda trucada y eso, así que se levantó tranquilamente, se colocó la ropa las miró con una expresión neutral.
—La verdad, vosotras tres podéis decir lo que queráis de quien queráis, pero a mi me importais poco y no pienso malgastar mi tiempo en tres niñas mimadas que solo se meten con gente más débil que ellas porque quieren sentirse importantes ya que sus papis no las dan suficiente atención en casa y quieren sentirse parte de esta sociedad de mierda de algún modo, así que si me disculpáis, me voy— soltó la azabache para luego irse. Después de decir eso solo escuchó silencio, y luego unos brazos que la empujaban hacia atrás con fuerza, impidiendo que se moviera.
—Ahora sí que la has liado, hija de puta— Espetó Amber con malicia.Lea cerró la puerta de los baños con seguro, mientras que Heather abría el grifo y ponía el tapón a la pila para que no se fuera el agua. Amber la empujó mientras que Kyoka gritaba para que la dejaran libre, grave error, ya que la empujó la cara contra la pared, haciendo que sangrara. Una vez estuvo la pila llena de agua, Amber hundió la cabeza de la japonesa en el agua, la cual sintió que el resto también la sujetaban la cabeza y los brazos para que no escapara.
Su primer pensamiento al notar se atrapada en esa situación fue «Cuanto más alto subes, más grande será la caida», le resulto algo gracioso pensar lo rápido que había vuelto a tener el mismo miedo del que se libró hace tiempo. Sus pulmones comenzaron a quedarse sin aire y Kyoka ya se estaba quedando sin fuerzas para intentar escapar. Sentía que la vida ya se escapaba de sus manos y dejó de hacer fuerza, ya no importaba nada, nada...
Sonó la campana de vuelta a clase y sintió como el agarre se aflojaba un poco, pero no lo suficiente como para poder escapar.
—Salvada por la campana, zorra— habló entre dientes Lea, soltándola a la vez que las demás.
—Te hubiéramos matado ahora si no fuera porque no quiero otra expulsión — replicó Amber— vámonos chicas.Todas se fueron del baño fingiendo que no había pasado nada, dejando a la pobre chica tirada en el suelo intentando asimilar todo lo que había pasado. Tenía la respiración acelerada y la sangre del golpe contra la pared corría por su cara. No fue a esa hora de clases, se quedó en el baño aún pensando en todo lo que acababa de pasar.
Aún no asimilaba que estaba de vuelta al principio.
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Sin final feliz
Historia Corta«Y si alguien te pregunta si estás bien, tú solo sonríe y di sí, sin importar las circunstancias» -Historia concluida- **Aviso** *Este libro trata temas de suicidio y depresión. *Contiene leve gor...