Capítulo X

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    Capítulo dedicado a Garu0212

      —Por si no te haz dado cuenta, siempre tengo el rostro lleno de moretones —Fue la respuesta del pelipalmera ante la pregunta del Son mayor.

     —Eso ya lo sé, pero éste —dijo, mientras tocaba con su dedo índice la mejilla lastimada, sacándole un quejido a su hermanito— Es reciente, y sé que no fue papá, él no está aquí ¿Quién te golpeó? —exigió saber, serio—. ¿Fue Vegeta?

     —¿Eh? ¡No! Raditz, Vegeta no es capaz de hacerme algo como eso.

     —Suenas muy convencido.

     —Porque lo estoy. Él no quiere lastimarme.

     —Ajá, y sí no fue Vegeta, entonces ¿Quién?

     —Me... Me peleé con alguien de la escuela —mintió.

     —No me parece.

     —¿Nunca te peleaste con algún compañero de escuela?

     —No, siempre he sido un chico tranquilo.

     —¡Yo soy un salvaje! —exclamó, el de cabellera alborotada.

     Su hermano frunció el ceño al oír eso.

     —¿Tu salvaje? Goku, no matas ni una mosca.

     —Siempre hay una primera vez para todo.

     —Bien —dijo, mientras se cruzaba de brazos—. ¿Por qué te peleaste?

     —Asuntos que hay entre nosotros.

     —Debería de ir a hablar con el director sobre esto. Así interviene en este asunto, y ayuda a resolver el conflicto que hay entre ustedes, antes de que empeore la situación.

     —¡No! —se apresuró en hablar el menor—. ¿Para qué vas a ir? Eso no es necesario, ya verás que pronto éste problema se va a solventar.

     —¿Al menos dejaste al otro peor qué tú? —Goku asintió, de forma lenta, rogando internamente que su adorado hermano mayor le creyera.

     No le gustaba decir mentiras, no era porque creía que su nariz iba a crecer, como aquel muñeco de madera en esa historia infantil que muchas veces le contaron.

     «La mentira tiene las patas cortas, y la verdad tarde o temprano la alcanza» —Recordó aquella frase que una vez había escuchado por simple casualidad en la calle, cuando una madre regañaba a su hijo de unos cuatro años, porque este le había dicho que el carrito de juguete, color amarillo mostaza, que llevaba en sus manos, lo había encontrado tirado en el suelo, cuando en realidad se lo había robado a su compañero de clases—. Sabía que en algún momento Raditz tendría que enterarse de la verdad, pero no sería ahora, él se encargaría de mentirle hasta donde se le diera la oportunidad, aunque detestara hacerlo.

     Odiaba mentirle, y más porque era consciente de lo mucho que su hermano se preocupaba por él, por su bienestar, y que nada le faltara, aún así; Goku optaba por no molestarlo más de lo necesario, estaba al tanto de que Raditz también tenía sus propios problemas, en diversas ocasiones lo escuchó hablar con sus amigos acerca de ellos.

     No podía entender a la perfección los sacrificios que hacia su hermano para mantenerse en pie, pero estaba seguro de que debía ser mucha presión para el joven. Mantener una casa, mantenerlos a ambos, cubrir cada una de sus necesidades, pagar deudas de préstamos que hacia, la escuela, renunció a fiestas por quedarse a cuidarlo, lo curaba cuando lo hallaba todo golpeado por su padre y ni que decir cuando se enfermaba, era estresante de tan sólo pensarlo, tal vez esa era la razón por la cual lo escuchó llorar en muchas noches, cuando creía que ya todos dormían.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2019 ⏰

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Un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora