Marah salió del local de Madame Danielle, con dos bolsas de cartoncillo con diversas vestimentas, Bárbara le había pedido a Danielle que le otorgara algunas prendas, ya que no quería que Marah saliera con ropa de niña. Dos pares de botines negros y algo de joyería. Se había dado cuenta que la imagen es lo que mantiene vivo al grupo.
- ¿Quieres ir a comer Marah? -dijo Dustin sacándola de sus pensamientos.
- Claro -sonrió- No hemos comido nada
- Bueno vamos y déjame te ayudo con las bolsas
Dustin le quito las bolsas y tomo la mano de Marah guiándola por la acera, sentía que sus mejillas se ruborizaban, tenía la mano de ella junto a la de Dustin. Él era un chico muy atento con ella, le ayudaba en sus clases para que se adaptara rápido al instituto. Llegaron al restaurante y se sentaron pegado a la ventana.
El restaurante se encontraba en una esquina y podía observar los semáforos y automóviles pasando de un lado a otro. Después de leer la carta ambos pidieron de comer, Dustin dejo sus lentes en la mesa y paso sus manos por sus ojos.
- ¿Tienen mucho aumento? -dijo ella tomándolos y poniéndoselos.
- Te vas a lastimar -dijo sonriéndole.
- No creo, yo también necesito pero aun sobrevivo sin ellos -dijo mirándolo con los lentes puestos.
- No te ves mal con ellos -contestó.
- Y tú no te ves mal sin ellos -Marah sonrió- ¿Si puedes verme?
Dustin sonrió.
- ¿Por qué todos preguntan eso? -sonrió negando levemente- No puedo ver de lejos, ahorita puedo ver como arrugas la frente tratando de verme con los lentes.
Marah se quitó los anteojos.
- ¿Y hoy no trabajas? -preguntó Dustin.
- No -saco la hoja que le dio Vanessa- Miércoles y jueves tengo descanso.
- ¿Y ayer entonces porque se presentaron si era descanso?
- Porque yo iba a entrar y me hicieron la prueba
- Ya veo -Dustin volteo hacia el restaurante mucha gente los veía- Creo que estoy saliendo con una celebridad
- Soy la misma de siempre -ella le sonrió.
- ¿Qué tal la clase particular?
- Estaba bien, pero es cansado llegar temprano a eso -suspiro- Pero ahora con los ensayos del grupo no podría acomodar el tiempo en la tarde.
- Si necesitas ayuda puedes decirme Marah -le sonrió.
- Gracias -sonrió- Eres increíble
- ¿Lo crees? -jugo con sus manos sobre la mesa.
- Si -aseguró.
El mesero les trajo sus comidas y pronto estaban disfrutando de una rica cena. Los autos seguían pasando y en la esquina contraria se encontraban autos esperando el cambio de semáforo. En el auto negro de enfrente iba Hunter de regreso a casa, pero no pudo evitar mirar a todos sus lados, su vista se fijó en la ventana grande del restaurante, encontrándose con Marah comiendo con Dustin.
Agarro fuerte el volante del auto, no le gustaba verla con Dustin. Pero, ¿Por qué no? Movió su cabeza de un lado a otro, alejando esa idea de su mente. Debe estar loco, no puede gustarle y mucho menos enamorarse. Un mar de ideas chocaba en su mente, pero no podía permitirse estar en otra relación. El semáforo cambio y el continuo su camino.
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Mala Fama
Roman d'amourA veces creemos que tenemos todo bajo control. Pero no vemos a nuestro alrededor. El pensamiento humano es un mar de ideas y sentimientos. Las ideas chocan contra los sentimientos provocando un remolino de confusión. Creemos en lo que vemos, no en...