- ¿Cómo te fue en tu primer día? -preguntó el profesor Varela a Marah.
- Bien, me encantan todas las clases, aunque hay algunas cosas que no entiendo en cada materia. Cosas que no vi en mi otra escuela.
- Si te interesa aprender, doy clases particulares.
- ¿Enserio?
- Claro, ayudé a muchos alumnos para que no reprobaran -sonrió- Aunque no creo que te hagan falta.
- No soy tan inteligente profesor
- Bueno, si necesitas ayuda puedes buscarme en sala de profesores.
- Gracias
El profesor se fue dejándola sola. Vaya que tenia una sonrisa encantadora. Con razón las chicas les gusta verlo dar clases. Recordó de pronto a Hunter, y lo que había descubierto de su familia.
- ¡Marah! -grito detrás de ella Sara.
- ¿Por qué tardaste tanto? -pregunto ella mirándola.
- Perdón, pero es que fui a la biblioteca. ¡Es asombrosa!
- Déjame adivino ¿Te trajiste tres libros para leer en casa?
- No... ¿Como crees que me traeré tres libros?
- ¿Cinco entonces?
Maldijo bajo.
- ¿Soy tan predecible?
- Cuando se trata de libros... si
Ambas rieron.
- Bueno, ¿Y nuestro guía turístico? -dijo buscando a Hunter.
- No sé, no lo he visto salir.
- ¿Se le habrá olvidado que nos llevaría a conocer?
- No creo, tal vez fue a la biblioteca... -miró a Sara y se rio.
- No, él no estaba ahí -sonrió.
Miraron hacia el campus y venia caminando hacia ellas sosteniendo su mochila en su hombro.
- Hablando del rey de roma.
- ¿Disculpa? -dijo el llegando.
- Nada.
- Te estábamos esperando -dijo Sara.
- Lo siento, me llamaron de mi trabajo. Tengo que ir a resolver algo.
- Oh ya veo -dijo Sara.
- Las llevaré a casa.
- Sara y yo vamos a ir -dijo Marah.
- Marah, no conoces la ciudad -dijo Hunter.
- No importa tenemos GPS.
Rodo los ojos y negó con la cabeza.
- Dame tu teléfono.
- ¿Para que lo quieres?
Se lo arrebato de las manos.
- Te pondré el número de la casa y el mío -tecleaba en el teléfono y luego se marco a su celular para guardar el número de Marah- No tienen que ir hoy, pueden esperar al domingo.
- Quiero ir hoy, vamos Sara.
- Bien has lo que quieras -bufo molesto- Pero si te pierdes no me busques entonces.
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Mala Fama
RomansaA veces creemos que tenemos todo bajo control. Pero no vemos a nuestro alrededor. El pensamiento humano es un mar de ideas y sentimientos. Las ideas chocan contra los sentimientos provocando un remolino de confusión. Creemos en lo que vemos, no en...